«Divididos no podemos sobrevivir, pero unidos podemos esforzarnos por humanizar nuestra democracia y hacer que la humanidad la quiera», recitó Gorman, de 26 años, en el estadio United Center de Chicago.
«Nos corresponde a nosotros asegurarnos de que no caigamos. Porque un pueblo que no puede mantenerse unido, no puede mantenerse en pie en absoluto.»
En 2021, la graduada de Harvard irrumpió en el escenario nacional cuando la primera dama entrante, Jill Biden, la invitó a dar una lectura en la toma de posesión del presidente Joe Biden.
Esa memorable aparición convirtió a Gorman en el poeta inaugural más joven en la historia de Estados Unidos.
El poema de Gorman «The Hill We Climb» y su mensaje de unidad inmediatamente después de los disturbios del Capitolio del 6 de enero resonaron en millones de estadounidenses.
Sus libros de poesía alcanzaron los primeros puestos en las listas de los más vendidos de Amazon y, de la noche a la mañana, Gorman se convirtió en una celebridad literaria.
Lea a continuación una transcripción del poema de Gorman para la Convención Nacional Demócrata de 2024.
Nos reunimos en este lugar sagrado porque creemos en el sueño americano.
Nos enfrentamos a una carrera que pone a prueba si este país que apreciamos desaparecerá de la Tierra, y si nuestra tierra desaparecerá de este país.
Nos corresponde a nosotros garantizar que no caigamos en el error de un pueblo que no puede mantenerse unido, que no puede mantenerse en pie en absoluto.
Somos una familia, independientemente de la religión, la clase o el color. Porque lo que define a un patriota no es sólo nuestro amor por la libertad, sino nuestro amor por los demás.
Este es un llamado fuerte en nuestro país, porque si bien todos amamos la libertad, es el amor el que nos libera a todos.
La empatía nos emancipa, nos hace más grandes que el odio o la vanidad. Esa es la promesa estadounidense, poderosa y pura. Divididos, no podemos soportarlo, pero unidos, podemos esforzarnos por humanizar nuestra democracia y hacer que la humanidad la quiera.
Y no nos engañemos, la cohesión es la tarea más difícil que la historia jamás haya escrito, pero el mañana no lo escriben nuestras probabilidades de enfrentar dificultades, sino la audacia de nuestra esperanza, la vitalidad de nuestro voto.
Sólo ahora, acercándonos a ese aire raro, nos damos cuenta de que tal vez el sueño americano no sea un sueño en absoluto, sino más bien un desafío a soñar juntos.
Como un millón de raíces unidas, ramificándose humildemente, formando un solo árbol, este es nuestro país. De muchos, uno; de batallas ganadas; nuestras libertades cantadas; nuestro reino que viene acaba de comenzar.
Redimimos esta escena sagrada. Listos para nuestro viaje. De ella, juntos, debemos dar a luz a esta república temprana y alcanzar una cumbre sobrenatural. No nos limitemos a creer en el sueño americano. Seamos dignos de él.