América Latina en alerta por propagación del oropuche
Tras dos muertes confirmadas a causa de la oropouche, las autoridades sanitarias de Brasil, Cuba y Colombia están preocupadas por el reciente brote de la enfermedad en la región. Otros países ni siquiera llevan la cuenta del número de pacientes que podrían haber contraído la enfermedad y, por lo tanto, poco o nada hacen para evitar su propagación, ni siquiera después de la alerta de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) del mes pasado.
Según datos de la OPS, los casos de virus oropouche (OROV) han aumentado en Bolivia, Perú, Cuba, Colombia y Brasil. Solo en este último país se han confirmado este año 7.767 casos, incluidas dos mujeres de 21 y 24 años que fallecieron a causa del virus pese a no tener comorbilidades. Las pruebas de detección del virus oropouche han aumentado desde 2023 entre personas con síntomas similares a los del dengue, el zika o el chikungunya, sobre todo en la región amazónica.
En Santiago de Cuba, los casos han aumentado “considerablemente” desde los primeros resultados positivos del 27 de mayo, según se informó. Desde entonces, el total de casos superó el umbral de los 400 en todo el país, en un escenario “complejo” que incluye también influenza y dengue, mientras que la fumigación es casi imposible debido a la escasez de combustible y el clima lluvioso.
En Colombia, donde la oropouche es endémica, se han confirmado al menos 87 casos según el Instituto Nacional de Salud (INS). El país se encuentra en alerta activa, explicó el director del INS, Giovanny Rubiano García.
Argentina, México y Uruguay no han reportado hasta el momento contagios, aunque se reforzaron las medidas preventivas. Las autoridades mexicanas también emitieron una alerta de viaje para sus nacionales que deseen visitar Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba y Perú, calificando el riesgo como “medio”, pese a lo cual se recomendó a las personas permanecer atentas a los síntomas y buscar ayuda médica hasta 12 días después de regresar. A diferencia de México, para la OPS el nivel de riesgo en la región es “alto”.
La enfermedad zoonótica se detectó por primera vez en 1955 cerca del río Oropouche en Trinidad y Tobago. Se propaga a través de picaduras de mosquitos de la variedad Culicoide paraensis, y también de forma vertical: de las madres a sus fetos no nacidos. Estos casos pueden provocar la muerte o microcefalia en los recién nacidos. Los síntomas incluyen la aparición repentina de fiebre, dolor de cabeza, rigidez en las articulaciones, dolores y molestias y, en algunos casos, fotofobia, diplopía (visión doble), náuseas y vómitos persistentes. No existe vacuna ni tratamiento específico para la infección. Se pueden utilizar analgésicos para reducir la fiebre y aliviar algunos síntomas. Puede ser necesaria la hospitalización.
Antes del informe de las autoridades brasileñas del 25 de julio de 2024, no había registro de que el oropouche fuera mortal.