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SHANGHAI: Aunque China tiene como objetivo desplegar cantidades récord de capacidad renovable este año a medida que se estanca la descarbonización en otros lugares, los desafíos económicos significan que es poco probable que Beijing aborde el aumento del consumo de carbón antes de lo previsto, y puede alcanzar un pico más doloroso.
El presidente chino, Xi Jinping, se comprometió el año pasado a «controlar estrictamente» el carbón y comenzar a reducir su uso a partir de 2026 para llevar sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) que calientan el clima a un máximo antes de 2030. Las emisiones de China son las más altas del mundo.
Aunque es poco probable que esos objetivos cambien, los grupos ecologistas temen que la creciente preocupación por la seguridad energética signifique que el uso de carbón y las emisiones de CO2 podrían alcanzar un nivel mucho más alto de lo previsto.
Los funcionarios de energía chinos han estado llamando la atención sobre el «regreso al carbón» en Europa en medio de interrupciones en el suministro de petróleo y gas durante el conflicto de Ucrania, señalando que el cambio de China hacia la energía limpia no vacilará. Los medios estatales han acusado a Europa de hipocresía en lo que respecta a la acción climática.
«A medida que los suministros energéticos globales se redujeron el año pasado, y muchos países en Europa reiniciaron la energía a base de carbón, el desarrollo de la energía de combustibles no fósiles de nuestro país ha continuado sin cesar», dijo Zhang Jianhua, jefe de la oficina de energía de China, durante una sesión informativa el pasado mes.
Alemania volvió a conectar una planta de carbón inactiva a la red este mes y se espera que aumente las importaciones de carbón para mantener las centrales eléctricas en funcionamiento a medida que disminuyen los suministros de gas rusos.
China espera que su consumo aumente durante otros tres años. Aunque se espera que las energías renovables representen la mitad de las nuevas adiciones de capacidad entre 2021 y 2025, eso aún permitiría más de 250 GW de nueva energía alimentada por combustibles fósiles, según mostraron los pronósticos emitidos por el Consejo de Electricidad de China este año.
China también ha aumentado la producción anual de carbón en 490 millones de toneladas desde el año pasado, lo suficiente para satisfacer la demanda de Alemania y Rusia juntas, dijo este mes la oficina de seguridad de minas de carbón, describiendo el carbón como «todavía la fuente de energía más importante de nuestro país».
La red eléctrica china está bajo una tremenda tensión frente a una ola de calor punitiva.
El país ha seguido desarrollando nuevas plantas a carbón, con la construcción de la segunda fase de la central eléctrica a carbón Zheneng Liuheng en la provincia oriental china de Zhejiang a principios de este mes. El año pasado, la nueva construcción de energía a carbón alcanzó su nivel más alto desde 2016.
CHINA CONTRA EUROPA
Europa abrió el camino para presionar a China para que hiciera recortes de combustibles fósiles más ambiciosos, pero no pudo persuadir a Beijing para que elimine gradualmente el uso de carbón en lugar de «reducirlo gradualmente» durante las conversaciones sobre el clima en Glasgow el año pasado.
China también canceló las conversaciones climáticas con Estados Unidos después de la visita de Nancy Pelosi a Taiwán.
Sarah Brown, analista sénior de energía y clima de Ember, dijo que los países europeos están comprometidos con la eliminación gradual de los combustibles fósiles, pero que su influencia en la diplomacia climática podría debilitarse si un regreso temporal al carbón resulta duradero.
«Si hay alguna evidencia de que no están implementando las energías renovables a la velocidad que necesitan… ahí es cuando siento que se harán preguntas», dijo.
Zhang, de la Administración Nacional de Energía, dijo a los periodistas que la proporción de combustibles no fósiles en el consumo total de energía de China aumentará un punto porcentual al año hasta 2030. También tiene como objetivo aumentar la capacidad eólica y solar hasta 1200 GW para 2030. casi el doble del nivel del año pasado.
Hay señales contradictorias sobre si China estaba dando marcha atrás en sus compromisos climáticos por preocupaciones de seguridad energética, dijo Jorrit Gosens, quien investiga las políticas energéticas de China en la Universidad Nacional de Australia.
La producción de carbón aumentó un 11 por ciento en la primera mitad de 2022, dijo, pero no hay señales de que el consumo aumente; gran parte del aumento de la producción compensará la disminución de las importaciones.
«La crisis energética y el retorno percibido al carbón en Europa está dando a algunas personas en China un momento de schadenfreude», dijo Li Shuo, asesor principal sobre el clima de Greenpeace en Beijing. «Si la situación en Europa aún no está impulsando un mayor consumo de carbón aquí, ciertamente está reforzando el deseo preexistente de Beijing de garantizar la seguridad energética por todos los medios».
