El actual presidente francés, Emmanuel Macron, está al alcance de la reelección en la segunda ronda de votación del domingo, pero su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, no puede ser descartada ya que los franceses parecen más divididos que antes.
El domingo, Francia elegirá entre los dos proyectos totalmente diferentes que ofrece Macron, calificado de liberal elitista, y el populista euroescéptico Le Pen. El escenario es el mismo que en 2017, pero los votantes se muestran ahora más divididos, ensombrecidos por el hastío y el desencanto.
Macron favorito, pero la victoria de Le Pen aún es posible
Las intenciones de voto indican una ventaja para Macron, aunque con una brecha mucho menor que en 2017 cuando también se enfrentó a Le Pen. En ese entonces, se benefició de la novedad y no atrajo tantas críticas como lo hace hoy.
En ese momento, Le Pen todavía luchaba con una imagen muy negativa, percibida como la abanderada de la extrema derecha francesa y la heredera de su padre, Jean Marie Le Pen.
Mientras tanto, ha moderado sus puntos de vista más radicales y prometió no sacar a Francia de la UE si es elegida, sino cambiar el bloque «desde adentro».
Al centrar su campaña más en el tema del poder adquisitivo, la principal preocupación de los franceses, ha ganado aún más terreno entre las clases trabajadoras.
Además, la llegada al panorama político del candidato de extrema derecha antiinmigración Éric Zemmour ha completado la ‘desmonización’ de Le Pen y su partido a los ojos de muchos franceses.
En una entrevista en France Inter esta semana, Brice Teinturier, politólogo y director general adjunto del instituto de encuestas Ipsos France, dijo que «existe una ventaja innegable» para Macron. Pero advirtió que “una victoria muy grande para Macron [as in 2017] es muy improbable”.
Votantes “hacedores de reyes”
A diferencia de las elecciones anteriores, la victoria de Le Pen sigue siendo posible, y esta perspectiva provoca escalofríos en los pasillos del poder de la UE en Bruselas y en la mayor parte de Europa.
Los líderes de los gobiernos de España, Portugal y Alemania dieron un paso inusual al escribir una carta abierta el jueves instando a los votantes franceses a reelegir a Macron, informó EFE, socio de EURACTIV, rompiendo con la larga tradición de no interferir en las elecciones nacionales de otro pais.
Teinturier identificó tres condiciones para que Le Pen tenga posibilidades de ser elegido.
En primer lugar, los votantes que se abstuvieron en la primera vuelta, cerca de 13 millones de personas, optaron por emitir su voto en la segunda vuelta y lo hicieron “más por Marine Le Pen que por Emmanuel Macron”.
Segundo, si los votantes de Jean-Luc Mélenchon ignoran su consejo de “no votar por la extrema derecha” y dividen sus votos entre Macron y Le Pen.
En esta etapa, alrededor de un tercio de los que votaron por Mélenchon dicen que votarán por Macron, con uno de cada cinco por Marine Le Pen. Por el momento, la mitad restante desea abstenerse o votar en blanco.
Esta es una diferencia notable con respecto a 2017, cuando la mitad de los votantes de izquierda radical se decantaron por Macron en la segunda vuelta, y menos de uno de cada diez eligió a Le Pen.
La tercera condición es una menor movilización de los votantes de Macron, lo que beneficiaría a su oponente.
Por tanto, concluyó Teinturier, “no se puede descartar la victoria de Marine Le Pen”.
Las tácticas de los dos campos.
Macron y Le Pen adoptado dos estrategias muy diferentes después de la primera ronda.
Macron eligió el contacto directo con los ciudadanos viajando sobre el terreno, un marcado contraste con su campaña discreta en la primera vuelta.
Le Pen buscó “presidencializar” su imagen a través de largas conferencias de prensa temáticas para seducir a los votantes que aún dudaban de su capacidad para gobernar el país.
Después de la segunda ronda, ¿una “tercera ronda”?
Pero la votación del domingo es solo la primera mitad de la reorganización electoral francesa. Todos los partidos políticos ya tienen sus ojos puestos en las elecciones legislativas de junio, que podrían complicar el equilibrio de poder político en el país y ya han sido calificadas por algunos expertos como una “tercera vuelta” de las elecciones presidenciales.
Aquí es cuando la mesa podría cambiar si los franceses eligen una mayoría en la Asamblea hostil al nuevo jefe de estado. Si esto sucediera, el poder del presidente electo se vería severamente disminuido.
¿Cuál es el estado de ánimo de los franceses?
Lo cierto es que esta elección está creando tensiones en la sociedad.
Después de un debate televisado entre los dos candidatos el miércoles, Adrien, un sexagenario que conoce bien los círculos de izquierda, resumió sus preocupaciones: “Escucho a mi alrededor a mucha gente que ve a Macron y Le Pen de nuevo. atrás, que dicen que es lo mismo votar por uno que por otro. Esto me entristece porque no es cierto”.
Y a los que le reprochan a Macron ser “arrogante” o “de derecha”, replicó: “Sí, es menos grave ser arrogante que ser fascista”. […]y sí, es menos grave ser de derecha que de extrema derecha” como es Le Pen, aseveró.
Victor, un artista parisino y votante de Mélenchon que escuchó el debate, no estuvo de acuerdo. Si bien le gustaría «bloquear» a Marine Le Pen, «el carácter y la ideología neoliberal y eurobait» de Macron le dificultan darle su voto. La “ausencia de mea culpa” de Macron también es un factor determinante.
Víctor, por tanto, duda entre votar por Macron o votar en blanco pero advierte que no quiere «confirmar a Macron en sus derivas autoritarias de los últimos cinco años, donde no ha dejado de coquetear con la extrema derecha».
Entre la candidatura liberal y europeísta de Macron y la candidatura populista y euroescéptica de Le Pen, algunos han definido esta elección como un enfrentamiento entre “Francia desde arriba” y “Francia desde abajo”.
Esta distinción explica en parte las vacilaciones de una parte importante de un electorado que, sin ser de extrema derecha, está enfadado con Emmanuel Macron, culpable de haber descuidado, o incluso empeorado, los temas de justicia social y calentamiento global y al mismo tiempo ser conscientes del peligro y los riesgos que podría provocar la llegada de Marine Le Pen al Elíseo.
(Davide Basso | EURACTIV.fr – Editado por Zoran Radosavljevic, Alice Taylor)