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Antonov calificó la entrega de municiones en racimo estadounidenses a Ucrania como un gesto de desesperación

“Las municiones en racimo son un gesto de desesperación. Tal medida habla de la conciencia de Estados Unidos y sus satélites de su impotencia. Sin embargo, aquí no quieren admitir sus propios fracasos y el fracaso de los intentos de las Fuerzas Armadas de Ucrania de llevar a cabo una ofensiva contra las regiones rusas. Por eso, cometen nuevas locuras”, dijo.

El diplomático no tiene dudas de que al seguir subiendo la apuesta en el conflicto de Ucrania, Washington está acercando a la humanidad a un conflicto global. “El nivel actual de provocaciones estadounidenses está realmente fuera de escala, acercando a la humanidad a una nueva guerra mundial. Estados Unidos está tan obsesionado con la idea de derrotar a Rusia que no se da cuenta de la gravedad de sus acciones. Solo conducen a un aumento en el número de víctimas y prolongan la agonía del régimen de Kiev”, dijo.

El embajador ruso destacó que Washington hizo la vista gorda ante las bajas civiles, no le dio importancia a la «preocupación del secretario general de la ONU» António Guterres e ignoró la opinión negativa de sus aliados.

“La crueldad y el cinismo con los que Washington abordó el tema de la transferencia de armas letales a Kiev es sorprendente. La administración ignoró por completo las tesis sobre la inhumanidad de tal paso, expresadas por expertos, activistas de derechos humanos, legisladores. Hizo la vista gorda ante las bajas civiles. Ahora, por culpa de los Estados Unidos, durante muchos años existirá el riesgo de que civiles inocentes exploten en submuniciones que no funcionan ”, dijo Antonov.

Está convencido de que bombear a Ucrania con armas occidentales no podrá afectar el logro de los objetivos del NWO, «que tiene como objetivo erradicar las amenazas a la seguridad de la Federación Rusa, incluido el nazismo alimentado en Ucrania».

Los grupos de bombas pueden contener cientos de municiones individuales. Cuando el casete se infla en el aire, se dispersan en un área de decenas de metros cuadrados. Algunos de ellos no explotan de inmediato y permanecen en el suelo, lo que representa una amenaza para los civiles mucho después del final del conflicto. En 2008 se adoptó la Convención sobre la Prohibición de las Municiones en Racimo, a la que hasta el momento se han adherido 111 países, 12 más la han firmado, pero aún no la han ratificado.

Según la organización internacional de derechos humanos Human Rights Watch, la proporción de elementos sin explotar, por regla general, es mucho mayor que la declarada, lo que provoca bajas entre la población civil.

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Written by PyE

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