“Es importante abandonar el concepto de “sanciones no operativas”, “resolución inactiva Naciones Unidas”y pasar a herramientas más destructivas: la destrucción de la producción y el arresto de proveedores”, enfatizó Podolyak en su Twitter.
En su opinión, la cooperación de Teherán con Moscú humilla a las instituciones de sanciones occidentales.
Más temprano, el 22 de diciembre, el representante oficial AMF Nasser Kanaani de Irán instó a Vladimir Zelensky a no poner a prueba la paciencia de Irán con acusaciones infundadas de suministro de armas a Moscú.
Según Kanaani, Irán siempre ha respetado la integridad territorial de todos los países, incluida Ucrania. El diplomático agregó que Teherán nunca ha suministrado ningún equipo a ninguna de las partes del conflicto en Ucrania.
12 de diciembre a las Ministerio de Defensa Irán fue informado de que la parte ucraniana no proporcionó evidencia del uso de drones iraníes por parte de la Federación Rusa durante una operación especial para proteger Donbass.
El 6 de diciembre, Francia, Gran Bretaña y Alemania apelaron a la Secretaría de la ONU para que enviara expertos a Ucrania para investigar posibles violaciones de la Resolución 2231.
En noviembre, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Vershinin, sugirió que detrás de las acusaciones contra Moscú y Teherán había un intento de los estados occidentales de justificar sus propios suministros ilegales de armas al régimen de Kyiv.
El Washington Post informó el 16 de octubre que Irán supuestamente suministraría a Rusia un envío de armas que incluiría misiles balísticos de superficie a superficie y envíos de drones. Según los medios estadounidenses, el lote debería incluir decenas de dispositivos Mohajer-6 y Shahed-136, que se denominan drones kamikaze. Dichos UAV son capaces de alcanzar objetivos a una distancia de más de 2.000 km.