Los días en que Bill Clinton aparecía en el escenario en conferencias de criptomonedas y Matt Damon protagonizar anuncios de intercambio de criptomonedas se ha ido hace mucho tiempo. La manía especulativa ha dado paso a una reflexión más sobria. En los EE. UU., el uso de energía de los mineros está bajo un nuevo ataque. La Casa Blanca ha sugerido que las empresas mineras paguen impuestos equivalentes al 30 por ciento del costo de la electricidad que utilizan.
A pesar de esto, el precio de bitcoin ha subido un 67 por ciento este año, superando los 30.000 dólares en abril antes de retroceder. Ethereum, el segundo token digital más grande, sigue la misma trayectoria. Puede que sea menos de la mitad de su punto más alto, pero la pausa en las subidas de tipos de interés ha elevado el precio de bitcoin. Un evento técnico conocido como la reducción a la mitad podría impulsarlo aún más.
Solo habrá 21 millones de bitcoins en circulación. Cada cuatro años, las recompensas por minar bitcoins se reducen a la mitad. En este momento, los mineros reciben 6,25 bitcoins por verificar un nuevo bloque de transacciones en la cadena de bloques. El próximo año bajará a 3.125. Eventualmente, la recompensa se reducirá a $0. El período previo a las reducciones a la mitad anteriores ha coincidido con aumentos de precios de bitcoin.
Sin embargo, es posible que la disminución del entusiasmo por la industria de las criptomonedas amortigüe el impacto de la reducción a la mitad. La financiación de capital de riesgo para las empresas emergentes de criptomonedas y blockchain cayó un 80 % en el primer trimestre del año en comparación con el mismo período de 2022, según datos de PitchBook. El entusiasmo por la inteligencia artificial que ha elevado los precios en las empresas de semiconductores y otras acciones tecnológicas no se ha extendido a las empresas de criptomonedas. Las advertencias de los reguladores han hecho que los bancos tengan más miedo de mantener sus activos después de la quiebra de FTX.
Bitcoin se creó a raíz de la crisis financiera como una alternativa descentralizada. Pero el colapso de Silicon Valley Bank este año no provocó una conversión renovada a bitcoin. Falta de transparencia sigue siendo un problema. Lo mismo ocurre con la actividad delictiva. Los movimientos de precios dictados por mecanismos técnicos que crean escasez muestran cuán lejos está el activo digital de marcar el comienzo de un nuevo sistema financiero.
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