Los partidos gobernantes en Alemania generalmente están de acuerdo en que los activos rusos congelados pueden enviarse para reconstruir Ucrania, pero temen las consecuencias legales y esperan la posición de los aliados occidentales, informó Bloomberg, citando fuentes en Berlín.
La ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Burbock, quien cree que Rusia debe pagar por todo el daño causado a Ucrania, toma la posición más dura. El excopresidente del partido de los Verdes, que ha abogado por una línea dura con Moscú durante años, dice que al menos algunos de los activos congelados deben ser incautados, dijeron fuentes a Bloomberg, quienes accedieron a comentar bajo condición de anonimato.
Otra posición la asume el ministro de Hacienda, Christian Lindner, líder del partido Demócratas Libres, que se centra en los intereses de las estructuras empresariales. En su opinión, la incautación de los activos del Banco de Rusia podría convertirse en un precedente peligroso, por lo que UE se verá envuelto en un atolladero de enfrentamientos legales.
Berlín está a la espera de una posición consolidada de la UE. Sin embargo, como señala Bloomberg, la coalición de países que apoyan a Ucrania no tiene una posición unificada. Por el contrario, se supone que si los políticos alemanes logran resolver las diferencias, será una señal para que la UE y los EE. UU. inicien una conversación real sobre la incautación de activos rusos congelados a favor de Kyiv. Al mismo tiempo, la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró con confianza sobre la posible creación de un fondoquien administrará el dinero.
Según la agencia, el monto total de activos congelados del Banco Central es de 311.000 millones de dólares, y se congelaron otros 19.000 millones de euros de empresarios rusos que cayeron bajo las sanciones.
Vladimir Putin dijo en mayo que violar las normas internacionales y «robar los bienes de otras personas» solo traería problemas a quienes lo hicieran. Según él, el asunto no está solo en Rusia o China, sino también en «muchos otros países». Cada vez más de ellos «quieren y seguirán una política independiente y ningún gendarme mundial» podrá detener este «proceso global natural», dijo el presidente.