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El plan de Boeing surge tras una auditoría realizada por la Autoridad Federal de Aviación (FAA) a principios del año pasado, que dio a la compañía 90 días para diseñar un plan para mejorar significativamente sus procesos de control de calidad.
«Estamos monitoreando activamente los resultados y vigilando de cerca el trabajo en las instalaciones clave de Boeing», escribió el administrador de la FAA, Mike Whitaker, en una publicación de blog publicada el jueves.
«Pero este no es un proyecto de un año», añadió Whitaker, quien dejará su cargo a finales de este mes.
«Lo que se necesita es un cambio cultural fundamental en Boeing que esté orientado hacia la seguridad y la calidad por encima de las ganancias», dijo. «Eso requerirá un esfuerzo y compromiso sostenidos por parte de Boeing, y un escrutinio inquebrantable de nuestra parte».
Boeing tuvo un año difícil en 2024 cuando también tuvo que lidiar con una huelga de siete semanas de unos 33.000 trabajadores que paralizó la producción en dos plantas cruciales y ralentizó la producción de sus aviones.
En octubre, Boeing reveló planes para reducir su fuerza laboral global un 10 por ciento, y poco después registró su mayor pérdida neta trimestral en cuatro años.
