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En 2018, Amazon, Meta y China Mobile acordaron trabajar juntos en un cable que conecta California con Singapur, Malasia y Hong Kong. Pero una serie de maniobras en Washington para bloquear la participación china en los cables estadounidenses llevó a China Mobile a retirarse del consorcio.
Meta y Amazon presentaron una nueva solicitud para el sistema en 2021, esta vez sin inversión china, sin conexión con Hong Kong y con un nuevo nombre: Cap-1.
Luego, el año pasado, se retiró por completo la solicitud de Cap-1, a pesar de que la mayor parte del cable de 12.000km ya se había construido. La participación original de China siguió siendo una preocupación de seguridad para el gobierno de EE. UU., según dos personas informadas sobre las discusiones.
“Hay cientos de millones de dólares hundidos en el Pacífico”, dijo una persona involucrada en el proyecto abortado. Meta y China Mobile no respondieron a las solicitudes de comentarios. Amazon se negó a comentar.
En los últimos cinco años, a medida que aumentaban las tensiones entre los dos países y crecían los temores en Washington sobre los riesgos de espionaje, el gobierno de EE. UU. ha tratado de desmantelar una red entrelazada de cables de Internet que se había desarrollado a través de la colaboración internacional durante décadas.
Estados Unidos ha logrado evitar que Beijing se convierta en un jugador importante en el mercado mundial de cables submarinos. El proveedor chino HMN Tech ha proporcionado o está listo para proporcionar el equipo a solo el 10 por ciento de todos los cables globales existentes y planificados, donde se conoce al proveedor, según muestra el análisis FT de los datos proporcionados por la consultora TeleGeography. Mientras tanto, el fabricante de cable francés ASN ha suministrado el 41 por ciento y la empresa estadounidense SubCom ha aportado el 21 por ciento. Ni ASN ni SubCom respondieron a las solicitudes de comentarios.
Y las entrevistas con más de 20 ejecutivos de la industria sugieren que la campaña de Washington resultó en una prohibición de facto de usar un proveedor chino en sectores de la industria, incluso en proyectos en los que no hay participación de Estados Unidos. A algunos les preocupa que esto pueda fracturar Internet global a medida que las empresas chinas comienzan a construir sus propias redes de cable en otros lugares.
“Uno de los grandes riesgos en este momento se dirige en la dirección de redes bifurcadas. ¿Esto crea un sistema en el que no tienes conectividad, con una guerra casi fría, el bloque del este contra el oeste?”. dice April Herlevi, experta en política económica exterior de China en el Centro de Análisis Naval. “No creo que estemos allí todavía. . . pero me preocupa que esa sea la dirección en la que nos dirigimos”.
Varios países, incluidos China, Pakistán, Arabia Saudita y Rusia, han expresado abiertamente sus ambiciones de crear una infraestructura de Internet más centralizada sobre la cual sus gobiernos tendrían un mayor control. También se han mostrado dispuestos y capaces de desactivar el acceso a ciertos sitios, o incluso a todo Internet, en tiempos de turbulencia política.
Pero los esfuerzos de EE. UU. para excluir a las empresas chinas de la red troncal mundial de Internet están empantanados en dificultades. A pesar de que la administración de EE. UU. libra su guerra de fibra óptica contra Beijing, los buques de propiedad y tripulados por China todavía están realizando trabajos de reparación complejos en las líneas de fibra de propiedad estadounidense, según han dicho al Financial Times personas con conocimiento directo de tales operaciones.
Mientras tanto, un nuevo análisis muestra que fluyen más datos entre EE. UU. y China que en cualquier otro momento de la historia, incluso si la ruta entre los dos suele ser menos directa que antes. Varias personas en la industria señalan que los datos aún pueden ser interceptados incluso si la infraestructura que los transporta no está construida por empresas chinas.
