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Se debe crear un «tablero» para dar seguimiento a las recomendaciones de los ciudadanos, para que la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) no falle en su objetivo de incluir a los ciudadanos en la formulación de políticas de la UE, dijo Christa Schweng a EURACTIV.
Christa Schweng es la presidenta del Comité Económico y Social Europeo (CESE).
¿Cómo valora el debate sobre el futuro de Europa después de que Rusia invadiera Ucrania el 24 de febrero?
En primer lugar, creo que la pregunta adecuada ahora mismo es: ¿estamos seguros de que es el momento adecuado para hablar sobre el futuro de Europa? ¿En un momento como este, cuando vemos que un país, y el continente europeo, están de nuevo en guerra? Para mí, la respuesta allí es claramente, sí.
Vemos que los ucranianos se pronuncian muy fuertemente por la libertad, los derechos y los valores. Creo que esto es algo que también vemos como parte de la Conferencia sobre el Futuro de Europa.
Hoy en día, vemos en riesgo lo que dimos por sentado durante mucho tiempo: la paz. Como resultado, el CoFoE probablemente no podría ser más oportuno de lo que es ahora.
¿Está trabajando el CESE en diferentes formas de involucrar a los ciudadanos?
Primero, nuestros miembros están arraigados, por supuesto, en sus estados miembros. Traen su experiencia al nivel de la UE. Esto ya es algo que se puede ver cuando hacen aportes y, por lo tanto, es una forma de llevar la voz de la sociedad civil organizada en la UE.
En segundo lugar, cuando preparamos nuestras opiniones, tratamos de conectar con la gente haciendo ejercicios de escucha.
El Consejo Medioambiental Económico y Social francés actualmente incluye cada vez más ciudadanos elegidos al azar cuando preparan ciertas opiniones. Por supuesto, este podría ser un modelo en el que también podemos pensar.
Sin embargo, la democracia deliberativa es un patrón de participación ciudadana que aún tenemos que investigar.
¿Cuál es su papel dentro de la Conferencia?
El CESE tiene 18 miembros en el pleno de la Conferencia. El organismo está representado en todos los grupos de trabajo, y también represento al CESE como observador en el Consejo Ejecutivo.
Los cuatro paneles temáticos europeos finalizaron sus recomendaciones. ¿Cree que el proceso de seguimiento de sus propuestas puede estar en riesgo ahora que la UE ha entrado en una nueva emergencia?
Es hora de asegurarse de que todos los que participaron en la conferencia sean escuchados: primero, tenemos que comenzar un ejercicio de selección. Hay muchas recomendaciones que ya se han tratado a nivel de la UE, mientras que otras ya están en el proceso de elaboración de políticas. Sin embargo, hay algunas recomendaciones con las que tenemos que lidiar a corto o largo plazo.
Para que el proceso sea transparente y responsable, es necesario iniciar una especie de ejercicio de selección: debemos explicar a los paneles de ciudadanos, por ejemplo, que una recomendación particular que presentaron ya existe a nivel de la UE en una directiva específica, y podría sólo necesita algunas modificaciones o ser más publicitado.
Este tipo de ejercicio es urgente para mí. Creo que este será un trabajo realizado en los grupos de trabajo.
Luego, tendremos recomendaciones que deben ser adoptadas por el plenario de la Conferencia.
El Pleno de la Conferencia está compuesto por 198 representantes del Parlamento Europeo, 54 del Consejo, tres de la Comisión Europea, 108 de los Parlamentos nacionales y 108 ciudadanos.
Y aquí está mi firme creencia: cada parte que participe en la conferencia también debería tener derecho a votar sobre estas recomendaciones o expresar sus propias opiniones. Para mí, esto es necesario. Por el momento, no hay votación dentro del plenario de la conferencia.
Algunas recomendaciones de paneles de ciudadanos hablan sobre el salario mínimo. ¿Puede explicar la situación actual de este tema a nivel de la UE?
La Directiva sobre “salario mínimo justo para los trabajadores en la UE” se publicó el año pasado y ahora se encuentra en la etapa final. Estamos en el llamado triálogo: las tres instituciones están tratando de encontrar la manera de incluir las diferentes posiciones.
El CESE ha contribuido a ello proporcionando un dictamen sobre el salario mínimo a la Comisión. Cuando la Comisión lo propuso, también lo comentamos.
El panel de valores de la democracia, por ejemplo, aprobó una recomendación que pide la creación de jardines de infancia o parques infantiles cerca de las empresas donde trabajan los padres. Para tal recomendación, ¿cómo la implementaría?
En primer lugar, diría que tenemos los llamados Objetivos de Barcelonaque prevé que todo niño de tres años tiene derecho a asistir a dicho lugar.
Esto es algo que la UE puede hacer y ya lo ha hecho. Tenemos un proceso de selección y monitoreo que ha estado en curso durante 15 años. Pero también está claro que esto no es una competencia de la UE.
La UE no podría decirle a España, por ejemplo, que tiene que construir una guardería en Madrid cerca de la fábrica o de la oficina de un edificio específico.
¿Cómo actuarías en ese caso?
Por ejemplo, para cumplir con un objetivo de la UE, los estados miembros deben implementar propuestas específicas, por ejemplo, en el caso que mencionó, proporcionar jardines de infancia a los padres de niños pequeños. Pero depende de los estados miembros decidir específicamente cómo implementar los objetivos de la UE.
Varias recomendaciones de los ciudadanos se refieren a las competencias de los estados miembros. ¿Cómo contribuiría a su implementación a nivel de los estados miembros en estos casos?
Los estados miembros son parte del plenario de la conferencia: sus representantes gubernamentales están allí.
Lo que creo que es esencial para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas es que cada recomendación que finalmente evalúe el plenario se controle a través de un llamado «tablero», donde se puede ver cómo se realiza el seguimiento de una recomendación.
Creo que esto es crucial para que esta conferencia sea un éxito. De lo contrario, los ciudadanos que se han comprometido durante algunos fines de semana, dedicando su tiempo, energía e inteligencia a las soluciones, se sentirán profundamente decepcionados. Entonces, el ejercicio fallará.
La UE no puede permitirse que este ejercicio fracase. Entonces, por lo tanto, esta será mi solicitud: obtener un mecanismo de seguimiento. Yo lo llamo el «tablero».
