BEIJING: Beijing dijo el viernes (9 de agosto) que había presentado una apelación ante la Organización Mundial del Comercio por la imposición de aranceles adicionales por parte de la Unión Europea a las importaciones de vehículos eléctricos de China.
En julio, la UE impuso aranceles provisionales adicionales de hasta el 38 por ciento a los vehículos eléctricos chinos después de que su brazo ejecutivo concluyera en una investigación que estaban perjudicando injustamente a sus rivales europeos.
«El 9 de agosto, China apeló al mecanismo de solución de disputas de la Organización Mundial del Comercio por las medidas antisubvenciones temporales de la UE a los vehículos eléctricos», dijo un portavoz del Ministerio de Comercio del país en un comunicado.
El Ministerio afirmó que el llamamiento tenía como objetivo «salvaguardar los derechos e intereses de desarrollo de la industria de vehículos eléctricos y la cooperación en la transformación verde global».
«La decisión preliminar de la UE carece de base fáctica y jurídica, viola gravemente las normas de la OMC y socava la situación general de la cooperación mundial para abordar el cambio climático», afirmó.
«Instamos a la UE a corregir de inmediato sus prácticas erróneas y a mantener conjuntamente la estabilidad de la cooperación económica y comercial entre China y la UE, así como las cadenas industriales y de suministro de vehículos eléctricos».
Bruselas afirmó que tomaba nota de la decisión de Pekín pero que estaba «confiada» en que su investigación y sus medidas provisionales eran compatibles con la OMC.
«La UE está estudiando atentamente todos los detalles de esta solicitud y reaccionará a las autoridades chinas a su debido tiempo, de conformidad con los procedimientos de la OMC», declaró a la AFP un portavoz de la Comisión Europea.
Los derechos definitivos entrarán en vigor en noviembre por un período de cinco años, a la espera de una votación en los 27 estados de la UE.
DESGLOSES COMERCIALES
China y la UE han enfrentado en los últimos años una serie de cuestiones relacionadas con el comercio, la tecnología, los derechos humanos y la seguridad nacional.
Pero Bruselas se enfrenta a un delicado acto de equilibrio mientras intenta defender la crucial industria automovilística de Europa y orientarse hacia el crecimiento verde, evitando al mismo tiempo un enfrentamiento con Pekín.
La UE ha lanzado una serie de investigaciones dirigidas a los subsidios chinos para paneles solares, turbinas eólicas y trenes, mientras que Pekín ha iniciado sus propias investigaciones sobre el brandy y la carne de cerdo europeos importados.
Estados Unidos ya ha aumentado los aranceles aduaneros sobre los coches eléctricos chinos al 100 por ciento, mientras que Canadá está considerando tomar medidas similares.
El surgimiento de China como potencia en materia de vehículos eléctricos se debe en parte a una estrategia industrial específica: en los últimos años, Beijing ha invertido enormes fondos estatales en empresas nacionales, así como en investigación y desarrollo.
Este enfoque ha dado a las empresas chinas una ventaja decisiva en la carrera por ofrecer vehículos eléctricos más baratos y eficientes frente a los principales fabricantes de automóviles europeos, que no siempre han disfrutado de tanta generosidad estatal.
Según el Atlantic Council, las ventas chinas de vehículos eléctricos en el extranjero aumentaron un 70 por ciento en 2023, alcanzando los 34.100 millones de dólares.
Casi el 40 por ciento se destinó a la Unión Europea, el mayor destinatario de vehículos eléctricos chinos.