Existen otros patrones de uso en efectivo, algunos de los cuales son contrarios a la intuición. De manera destacada, Vietnam vio cómo las transacciones en efectivo aumentaron drásticamente en 2020, incluso cuando COVID-19 obligó a bloqueos a gran escala, pero disminuyeron en 2021 cuando se aliviaron las restricciones de movilidad.
En general, la región pinta un panorama muy mixto, uno que confunde la suposición generalizada de que el efectivo está en un camino de un solo sentido de inevitable declive, acelerado por COVID-19.
Como señalan los autores del informe de CPA Australia, “las ventas en efectivo siguen siendo muy importantes para muchas empresas de la región. Negocios [across the Asia-Pacific] en realidad tenían más probabilidades de recibir el 50 por ciento o más de sus ventas en efectivo en 2021 que en cualquier año desde 2017”.
En resumen, el efectivo no desaparecerá pronto. De hecho, muchas empresas en el sudeste asiático aparentemente han vuelto a los pagos en efectivo ahora que la pandemia está retrocediendo. Patrones similares parecen evidentes en otras partes de Asia-Pacífico, con naciones como India, China y Nueva Zelanda que también informaron aumentos en el uso de efectivo en 2021 en comparación con 2020.
MÁS EFECTIVO DIFÍCIL
Esta tendencia también está respaldada por otra curiosa paradoja: el aumento de la moneda en circulación en todo el mundo. En los últimos años, la demanda de moneda física ha aumentado, aunque se supone que ha disminuido el uso de billetes en transacciones minoristas.
Esta llamada «paradoja de los billetes» se ha observado en muchos rincones del mundo, incluida la zona euro, los EE. UU. y varias otras naciones.
La imagen es un poco más difícil de discernir en el sudeste asiático, ya que se han publicado pocas estadísticas públicas sobre la cantidad de moneda en circulación desde la llegada de COVID-19. Naciones como Singapur ya habían estado mostrando un conjunto contradictorio de indicadores, con una fuerte demanda creciente de moneda física en los años anteriores a la pandemia, incluso cuando el la adopción nacional de transacciones digitales también se expandió significativamente.