El modo de entrega de la ayuda china también es inusual. China normalmente proporciona financiación para el desarrollo en forma de préstamos, a tipos de interés de mercado o muy subvencionados, para grandes proyectos de infraestructura.
Los contratos generalmente estipulan que el país receptor debe gastar una gran parte del dinero en una determinada empresa china, que proporciona todos los materiales y mano de obra necesarios para completar el proyecto.
No es sorprendente que los países receptores se preocupen por su creciente deuda con China. Mientras tanto, sostienen los críticos, los beneficios de la ayuda china no están claros.
La importación de trabajadores chinos para realizar proyectos puede limitar la creación de capacidad dentro de los países receptores e incluso ejercer presión a la baja sobre los salarios de los trabajadores locales.
Pero estudios recientes muestran que, si bien hay algo de verdad en estas preocupaciones, las apariencias pueden engañar. Sin duda, los motivos políticos sustentan la ayuda exterior china, pero se relacionan más con la solución de los problemas internos que con el logro de la dominación extranjera.
MOTIVACIÓN POLÍTICA
Un estudio reciente documenta cómo el deseo del gobierno chino de sofocar los disturbios políticos en el país impulsa una gran proporción de la ayuda exterior del país.
Por ejemplo, cuando los trabajadores chinos protestan, el gobierno central a menudo asigna contratos de ayuda extranjera a las grandes empresas estatales de la zona.
Estas empresas luego contratan empleados adicionales y envían mano de obra y materiales a los países receptores durante varios años para construir carreteras, puertos o torres de telefonía celular.
Políticamente, por lo tanto, la ayuda es beneficiosa para China. El dinero de la ayuda ayuda a reducir el desempleo interno, lo que presumiblemente alivia las tensiones sociales y el país receptor agradece la ayuda financiera.
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