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REDUCIENDO EL RITMO
Aún así, hay aspectos negativos sustanciales. La economía de China, que ha sido una bendición para el mundo durante décadas, continúa luchando: los datos publicados el martes pasado mostraron que las ventas minoristas cayeron y la producción industrial disminuyó.
El Fondo Monetario Internacional se volvió más pesimista sobre el estado del mundo y dijo que las dificultades son «inmensas».
Los formuladores de políticas están tratando de navegar por una combinación infeliz de alta inflación y crecimiento lento. Precios de comida han sido un punto álgido este año, con los países promulgando una serie de medidas proteccionistas para frenar la escasez.
“Todo lo que se necesita es una cosecha realmente mala, digamos en América del Norte o América del Sur, para que los precios suban realmente”, dijo David MacLennan, director ejecutivo de Cargill, en el Foro de Nueva Economía de Bloomberg.
Eso hace que lo que va bien, o al menos no terriblemente, sea aún más digno de atención. Para aquellos que pasaron los últimos meses preocupados por el alboroto del dólar y el riesgo que representaba, especialmente para los mercados emergentes, tomen nota de los comentarios de Lael Brainard el lunes pasado.
La vicepresidenta de la Fed, alguien con un sentimiento especialmente agudo por la economía global, señaló que está a favor de dar un paso atrás en las alzas de 75 puntos básicos tan pronto como el próximo mes. Christopher Waller, uno de los gobernadores de la Fed más agresivos, dejó la puerta abierta el miércoles para respaldar pasos de 50 puntos básicos. Mary Daly, presidenta de la Fed de San Francisco, le dijo a CNBC el mismo día que “la discusión es, con razón, desacelerar el ritmo”.
