Las bolsas tradicionales, como la Bolsa de Valores de Nueva York, rara vez quiebran. Y dado que no ofrecen servicios de cuenta, si quiebran, sus clientes no corren el riesgo de sufrir ninguna pérdida.
Las firmas de corretaje, como Wealthsimple, a veces quiebran, pero las carteras de sus clientes se mantienen a nombre del cliente y, en consecuencia, pueden simplemente transferirse a un corredor diferente. En caso de fraude, tanto Canadá como Estados Unidos brindan un seguro automático para activos perdidos.
Los bancos, como el Royal Bank of Canada, asumen más riesgos y quiebran con más frecuencia. Debido a que los bancos utilizan los depósitos de los clientes para otorgar préstamos, los bancos son vulnerables a las corridas. Esta es la razón por la cual la mayoría de los países de altos ingresos, incluido Canadá, tienen seguro de depósitos y regulan la banca más que otros servicios financieros.
Aquí radica el problema. Compañías como Celsius y Voyager se promocionaron a sí mismas como bolsas de valores y corredores, así es como aparecieron sus aplicaciones. Pero si alguien leyera los términos y condiciones, quedaría claro que en realidad eran casi bancos sin seguro.
RIESGOS EN LA CRITOBANCA
En empresas como Celsius y Voyager, las cuentas de los clientes no se mantenían por separado en sus propias billeteras, sino que se mantenían en un grupo propiedad de la plataforma. La plataforma usaría este grupo de dinero para hacer préstamos (a menudo a otras criptoempresas) o para participar en su propia inversión especulativa (a menudo en criptoactivos).
Cuando los depositantes retiraron dinero, se les pagó del grupo, que podía cubrir los retiros normales a pedido, pero no tenía suficiente efectivo para manejar todos los retiros simultáneamente.
¿Suena familiar?