En segundo lugarSi los sistemas Aegis en Europa del Este estuvieran equipados con misiles de crucero estadounidenses (ya sea el Tomahawk existente o un nuevo misil que Rusia afirma que Estados Unidos está desarrollando) se convertirían en una fuerza ofensiva formidable estacionada en las fronteras de Rusia. Y Rusia prácticamente no tendría forma de saber si los sistemas Aegis estaban cargados con interceptores de defensa antimisiles o misiles de crucero nucleares.