Cuando Alemania aumentó su presupuesto de defensa tras la guerra en Ucrania, su primera gran decisión fue comprar aviones de combate F35 De los Estados Unidos. Eso generó temores de que una parte de la nueva ola de gastos de defensa de Europa se invertiría en equipos listos para usar de EE. UU., en lugar de reestructurar su fragmentada industria de defensa nacional. Informes que la próxima fase del programa Franco German Future Combat Air System (FCAS), liderado por Airbus y Dassault Aviation, esté lista para recibir luz verde debería disipar algunos de esos temores.
FCAS ha tenido problemas. Otros programas de colaboración militar han tenido suerte mixta. El avión Typhoon de Eurofighter, producido por un grupo que incluye a la británica BAE Systems, ha tenido algunos contratiempos. Cada país tiene su propio ecosistema de suministro que le gustaría usar. Las verdaderas batallas son sobre el mantenimiento de la fuerza laboral doméstica y el control de la tecnología utilizada.
Los riesgos implican sobrecostos pero también falta de escala. Ya hay otros programas de aviones de combate en Europa, incluido Tempest, el rival anglo-italiano. Pero agrupar recursos es útil frente al gigante estadounidense, donde el gasto militar superó los $ 800 mil millones en 2021. El valor de mercado de Lockheed Martin en $ 122 mil millones no está tan lejos de la combinación de Airbus, Dassault, BAE y Leonardo de Italia. De hecho, en un mundo ideal, sería lógico que FCAS se vinculara con Tempest.
Si FCAS despega, eso debería beneficiar a Airbus y Dassault. FCAS no contribuirá a las ganancias ni a los flujos de efectivo en el corto plazo. Pero un proyecto de próxima generación agrega longevidad a los modelos comerciales de ambas compañías. En el margen, esto debería respaldar las valoraciones. El valor empresarial de Dassault es 9,4 veces el ebitda del próximo año, según estimaciones de S&P Global. El de Airbus es 8,9 veces, aunque no es puramente una acción de defensa. Ambos tienen un gran descuento para su rival estadounidense Lockheed Martin en 13.2.
Como mínimo, revivir el FCAS también sugiere que, en medio de una serie de desacuerdos, la alianza franco-alemana aún se mantiene. Con un conflicto en las fronteras de Europa y las crisis energética y económica que se avecinan, esa alianza ofrece cierta tranquilidad.
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