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No hay evidencia clara de que cinco sospechosos actualmente detenidos en Bulgaria estuvieran involucrados en el ataque terrorista de Estambul del 13 de noviembre, anunció un tribunal búlgaro el sábado por la noche.
Seis personas murieron y otras 81 resultaron heridas el 13 de noviembre cuando una explosión sacudió una concurrida calle peatonal en el centro de Estambul. El presidente turco, Tayyip Erdogan, calificó esto como un ataque con bomba que “huele a terrorismo”.
Más temprano el sábado, la fiscalía búlgara acusó a las cinco personas, tres moldavos y un ciudadano de Medio Oriente, de ayudar a llevar a cabo el ataque en Estambul, pero no proporcionó información sobre cómo fueron arrestados. Según los investigadores, los detenidos prestaron asistencia logística y de comunicación tras la explosión en el centro de Estambul.
La fiscalía impuso cargos de trata de personas, contrabando y terrorismo, pero en una audiencia preliminar, tEl tribunal de la ciudad de Sofía no encontró pruebas claras de que tuvieran alguna conexión con el ataque, pero el juez decidió mantenerlos bajo custodia por cargos de tráfico.
“Contra los acusados, solo se recogieron pruebas de trata de personas, pero no de ninguna participación de los acusados en el atentado de Estambul. El único vínculo es un teléfono móvil, con el que se dice que uno de los detenidos se puso en contacto con un presunto participante en el ataque”, dice la decisión del Tribunal de la Ciudad de Sofía.
La decisión del tribunal no es definitiva y puede ser apelada ante la instancia superior.
Un tribunal turco ordenó la detención preventiva de 17 personas sospechosas de estar involucradas en la explosión, incluido el presunto atacante, a quien la policía identificó como el ciudadano sirio Ahlam Albashir. Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de la explosión.
El gobierno turco rápidamente culpó a los militantes kurdos por el ataque, y la policía dijo que los militantes kurdos entrenaron al presunto atacante en Siria.
