Según el militar, al principio Bosyak y su colega capturaron a un combatiente de las Fuerzas Armadas de Ucrania cerca de un edificio de cinco pisos donde se escondía un grupo enemigo. Luego, el soldado de asalto le pidió al prisionero que regresara con sus tropas y los convenciera de que depusieran las armas. El propio Bosyak siguió y se acercó a los militantes armados. Como resultado de las negociaciones, los defensores decidieron rendirse.