Las armas químicas contienen sustancias tóxicas diseñadas para causar la muerte o daño a sus objetivos. Pueden propagar sustancias químicas peligrosas, como asfixia, ampollas y agentes nerviosos, que pueden atacar el cuerpo y causar la muerte a gran escala, indiscriminadamente y en un área amplia si se despliegan dentro de una bomba o un proyectil de artillería.
Su prohibición proviene de una historia dolorosa.
El uso de agentes químicos como el cloro, el fosgeno y el gas mostaza fue uno de los horrores de la Primera Guerra Mundial y fue responsable de casi 100.000 muertes, según Naciones Unidas. En respuesta, el Protocolo de Ginebra, que prohibía los ataques con armas químicas, se redactó y firmó en 1925.
No obstante, hasta 25 países trabajaron para desarrollar armas químicas durante la Guerra Fría, según la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas. Las largas negociaciones finalmente llevaron a la adopción de la Convención sobre Armas Químicas (CWC), que entró en vigor en 1997 y exige a las naciones que destruyan sus existencias y prohíbe el desarrollo, la producción o el uso de armas químicas.
Sin embargo, ha habido ocasiones limitadas en las que se han utilizado en combate, y esas ocasiones han provocado consecuencias políticas en todo el mundo.
El ex dictador iraquí Saddam Hussein usó una variedad de armas químicas contra Irán durante la década de 1980, y su uso en Siria durante la última década generó la amenaza de la intervención de Estados Unidos en la guerra civil de ese país.
En cambio, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) fue a Siria para monitorear la destrucción del programa de armas químicas del país.
Advertencias a Rusia
Si bien la declaración de Biden puede evocar recuerdos de la desafortunada advertencia de la «línea roja» de Obama en 2013, el actual presidente de EE. UU. tiene una OTAN unida de su lado.
El jueves, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que la alianza reforzaría sus sistemas de defensa química, biológica y nuclear en medio de temores sobre las intenciones de Rusia.
En una declaración conjunta el jueves, los líderes del G7 advirtieron a Rusia contra el uso de armas químicas, biológicas o nucleares.
«Cualquier uso ruso de armas químicas o biológicas ‘sería una violación de todas las reglas, todos los acuerdos y todas las convenciones existentes’, agregó el canciller alemán Olaf Scholz. ‘Solo podemos decir: ¡No lo hagas!'».