Sin embargo, la propia empresa de Musk ha tenido problemas en la segunda economía más grande del mundo: en enero, Tesla retiró del mercado más de 1,6 millones de vehículos eléctricos en China para arreglar su software de dirección.
Su llegada a China coincide con una feroz guerra de precios entre empresas desesperadas por salir adelante en el ferozmente competitivo mercado de vehículos eléctricos.
El gigante automovilístico chino BYD – «Build Your Dreams» – superó a Tesla en el cuarto trimestre del año pasado para convertirse en el mayor vendedor mundial de vehículos eléctricos.
Tesla recuperó ese título en el primer trimestre de este año, pero BYD sigue firmemente en la cima en su mercado local.
Su visita también se produce en momentos en que Beijing acoge un enorme salón del automóvil, que celebró eventos de prensa desde el jueves y se abrió al público durante el fin de semana.
«LA ÚLTIMA ESPERANZA DE TESLA»
Los comentarios bajo las publicaciones sobre la llegada de Musk al sitio de redes sociales Weibo estaban llenos de especulaciones de que el magnate de las celebridades asistiría a Auto China mientras estuviera en Beijing.
Un usuario sugirió que la visita de Musk fue motivada por el deseo de probar un SU7, el primer modelo de automóvil lanzado a principios de este año por el gigante chino de tecnología de consumo Xiaomi.
La entrada de Xiaomi en el competitivo sector de los vehículos eléctricos parece haber tenido un comienzo positivo: el director ejecutivo Lei Jun dijo este mes que los pedidos anticipados habían superado las expectativas entre tres y cinco veces.
Otros comentaristas respondieron a los informes de que el viaje de Musk tenía como objetivo darle la oportunidad de hablar con funcionarios chinos sobre la posibilidad de llevar la tecnología Full Self-Driving (FSD) de Tesla al mercado local.
«FSD es la última esperanza de Tesla para salvar sus ventas nacionales», dijo un usuario de Weibo.
Los intereses de Musk en China han llamado la atención durante mucho tiempo en Washington, y el presidente Joe Biden dijo en noviembre de 2022 que sus vínculos con países extranjeros eran «dignos» de escrutinio.
El magnate también ha causado controversia al sugerir que la isla autónoma de Taiwán debería pasar a formar parte de China, una postura que fue bien recibida por los funcionarios chinos, pero Taipei profundamente enojado.