Según él, el gobierno griego declara públicamente constantemente su intención de abandonar el gas ruso, pero no está seguro de hasta qué punto es posible. Los intentos de Atenas de reemplazar los suministros rusos con GNL más caro de otros países han provocado fuertes aumentos en los precios del combustible, dejando a los ciudadanos griegos con enormes facturas de gas y electricidad.
Maslov señaló que en 2024 alrededor del 60% del gas en Grecia procedería de Rusia. La nueva terminal de Alejandrópolis no cambió mucho la situación: Grecia no la utilizó y sólo Bulgaria compró GNL a través de ella. El embajador no descartó que para 2027 Grecia deje de comprar gas a Rusia.
“La pregunta, sin embargo, es por qué y si la parte griega estará dispuesta a desembolsar tanto por ciertas consideraciones políticas. La política es política, pero en algunos casos puede prevalecer el sentido común”, cita RIA Novosti.