La estrella de biotecnología caída Elizabeth Holmes subió al estrado en su juicio por fraude, una táctica arriesgada para defenderse de los cargos que podrían enviarla a prisión.
La fundadora y ex directora ejecutiva de Theranos, Elizabeth Holmes (izquierda), camina con su madre Noel Holmes cuando llegan al juicio de Elizabeth Holmes en el edificio federal Robert F. Peckham el 17 de noviembre de 2021. Imagen: AFP
SAN JOSÉ – La estrella de biotecnología caída Elizabeth Holmes subió al estrado el viernes en su juicio por fraude en Silicon Valley, una táctica arriesgada para defenderse de cargos que podrían enviarla a prisión.
Holmes enfrenta potencialmente décadas tras las rejas si es declarada culpable de las acusaciones de que estafó a los inversionistas en su tan publicitada empresa de análisis de sangre Theranos, una vez valorada en miles de millones pero que colapsó bajo reclamos de fraude.
Después de que los fiscales descansaran su caso el viernes luego de 11 semanas de testimonios de más de dos docenas de testigos en un tribunal federal de San José, el equipo de Holmes, de 37 años, comenzó su réplica.
Siguiendo a dos testigos menores, la defensa llamó a Holmes al estrado donde relató su trayectoria profesional con la misma sinceridad y la famosa voz ronca que se convirtió en parte de su atractivo para los inversores.
«Lo estaba haciendo por mi cuenta, luego comencé una empresa. Recaude el dinero para comenzar un laboratorio y contratar científicos», dijo a la corte.
«Esa empresa se llamaba Real Time Cures … cambió el nombre a Theranos».
Tomar la posición en su defensa conlleva riesgos significativos, ya que los fiscales pueden atacar cualquier inconsistencia en las numerosas declaraciones públicas de Holmes.
Holmes lanzó Theranos en 2003 a los 19 años, prometiendo máquinas de análisis de sangre de autoservicio que podrían ejecutar una gama analítica por poco dinero y con solo unas pocas gotas de sangre.
Atrajo a partidarios de alto perfil como Rupert Murdoch y el exjefe del Pentágono de EE. UU. Jim Mattis, pero todo se deshizo después de que una serie de historias del Wall Street Journal en 2015 cuestionara si las máquinas de Theranos funcionaban.
Los fiscales alegan que vendió una mentira a propósito para engañar a los inversores, pero su defensa dijo en los argumentos iniciales que no es culpable más que de intentar y no realizar una idea visionaria.
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