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Gustavo Petro, un exguerrillero de izquierda, ganó las elecciones presidenciales de Colombia el domingo, superando al empresario populista Rodolfo Hernández, según un conteo rápido oficial de los resultados.
Con el 95 por ciento de la boleta contada, las autoridades electorales dijeron que Petro tenía el 50,7 por ciento frente al 47,0 por ciento de Hernández. Petro tenía una ventaja indiscutible de alrededor de 800.000 votos.
Ninguno de los candidatos ha comentado las cifras, reivindicado la victoria o aceptado la derrota. Pero suponiendo que se confirme el resultado, le daría a Colombia el primer gobierno verdaderamente de izquierda en su historia moderna.
Petro, un exalcalde de Bogotá de 62 años que hace su tercera candidatura a la presidencia, promete una reforma radical de la economía y nada menos que una revolución social, con un gasto mucho mayor en educación y salud.
Sus propuestas, que incluyen prohibiciones a la exploración petrolera, la minería a cielo abierto y el fracking, han desconcertado a los inversionistas que dicen que podrían obstaculizar una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina. Es probable que los activos colombianos y el peso se debiliten con su victoria.
Sin embargo, no tendrá mayoría en el Congreso, lo que le dificultará promulgar sus propuestas más radicales. Su coalición, el Pacto Histórico, tiene solo el 15 por ciento de los escaños en ambas cámaras.
