PyE
El mensaje de “baño de sangre” de Maduro pone a gobiernos de izquierda en su contra
Lula, Boric y Petro insisten en que Maduro debe aceptar el resultado de las elecciones del domingo
Los gobiernos de izquierda en América del Sur parecen haberle dado la espalda al gobernante venezolano Nicolás Maduro después de que éste pronosticara la semana pasada que su país se encaminaría a un baño de sangre si no ganaba las elecciones presidenciales del domingo.
“No puede amenazar con baños de sangre”, lamentó el presidente chileno Gabriel Boric Font al pedir a las autoridades venezolanas que respeten el resultado de las elecciones del domingo en las que el candidato opositor Edmundo González Urrutia es considerado el favorito según la mayoría de las encuestas. “Es por el bien del país y de toda América Latina”, insistió Boric. El ex diplomático de 74 años Ginzález Urrutia se convirtió en el candidato de la oposición después de que la líder María Corina Machado fuera privada de sus derechos.
El líder chileno se sumó así al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. “Estoy de acuerdo y apoyo las declaraciones de Lula: no se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre. Lo que reciben los dirigentes y candidatos son baños de votos y esos baños de votos representan la soberanía popular, que debe ser respetada”, dijo Boric en un encuentro con corresponsales extranjeros.
Boric insistió en que Lula, el ex presidente argentino Alberto Fernández y él mismo eran “profundamente democráticos”. A principios de esta semana, Lula admitió que estaba “asustado” por las declaraciones de Maduro sobre un “baño de sangre”, que también incluían la posibilidad de “una guerra civil”.
El régimen de Maduro dio marcha atrás en su invitación a Fernández para que actuara como observador extranjero en las elecciones venezolanas luego de que el líder argentino dijera que los resultados de las elecciones debían ser respetados para que quien ganara fuera el próximo presidente. Tal comentario no fue bien recibido en los círculos de Maduro luego de 13 años consecutivos en el cargo.
“En vísperas de esta importantísima elección, hago un llamado al Gobierno y al poder electoral venezolano a garantizar el normal desarrollo del proceso electoral con garantías, especialmente para la oposición, otorgando respeto irrestricto a los resultados que estén debidamente acreditados”, subrayó Boric.
Boric también advirtió que si el chavismo no acepta los resultados, “Venezuela quedaría en una posición totalmente desprestigiada ante toda la comunidad internacional”.
El izquierdista Boric también dijo estar confiado en que Brasil, Colombia y México, todos con gobiernos del mismo sector del espectro político, compartirían su visión sobre el pleno respeto “a la soberanía popular”.
A principios de semana, Lula subrayó que “quien pierde se lleva un baño de votos, no un baño de sangre. Maduro tiene que aprender que cuando se gana se queda, y cuando se pierde se va y se prepara para otras elecciones”. Si Maduro quiere contribuir a resolver el problema del crecimiento de Venezuela y el retorno de los que se fueron, “tiene que respetar el proceso democrático”, añadió.
En este escenario, Brasil no enviará observadores, luego de que Maduro cuestionara la transparencia del proceso electoral brasileño, tal como lo hizo el entonces presidente Jair Bolsonaro en 2022, por lo que el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil lo inhabilitó para postularse a cargos públicos durante ocho años. Admitir las objeciones de Maduro equivaldría a admitir que Bolsonaro no se equivocó. Por lo tanto, el TSE también se abstendrá de enviar observadores al proceso venezolano.
“Ante las falsas declaraciones contra las urnas electrónicas brasileñas que, contrariamente a lo afirmado por las autoridades venezolanas, son auditables y seguras, el Tribunal Superior Electoral no enviará técnicos para atender la invitación hecha por el Consejo Nacional Electoral de ese país…”, sentenció el TSE. La Justicia Electoral de Brasil “no admite declaraciones o actos irrespetuosos a la transparencia del proceso electoral brasileño, descalificando con mentiras la seriedad e integridad de las elecciones y de las urnas electrónicas”, prosiguió.
Colombia, gobernada por primera vez por un presidente de izquierda como Gustavo Petro, también declinó participar en el proceso venezolano cuando la intención de Bogotá había sido estar allí como lo demostraría el canciller Luis Gilberto Murillo al solicitar que se reuniera un comité de expertos.
El 23 de julio, Maduro cuestionó los sistemas electorales de Colombia y Brasil durante un evento en el estado de Aragua. “Tenemos el mejor sistema electoral del mundo”, argumentó Maduro, quien despotricó sobre cómo los sistemas electorales de Estados Unidos, Brasil y Colombia nunca fueron auditados, a diferencia de los de Venezuela.
El jueves concluyó la campaña electoral en Venezuela. Los partidarios de González Urrutia salieron masivamente a las calles y existe la sensación de que esta vez Maduro podría ser derrotado por fin, salvo que haya alguna maniobra sucia.
La pregunta sobre qué haría Maduro si fuera derrotado sigue sin estar clara: ¿Aceptaría los resultados y consentiría una transición pacífica? Sin observadores creíbles que supervisen las elecciones, cualquier cosa puede pasar.
