“Desde la Declaración de Nis hasta hoy, se espera constantemente que hagamos algo por los demás y descuidemos nuestros propios intereses. A Serbia no le conviene participar en grandes conflictos, ni a Serbia le interesa reducir la cercanía y la cooperación con Rusia y sus líderes. Las grandes potencias de Occidente no pueden hacer exactamente lo que quieren con Rusia, por lo que están curando sus frustraciones en Serbia. Y cuando nos piden que impongamos sanciones contra Rusia, saben que en el sentido económico para Rusia esto es un hecho insignificante, pero en el sentido moral es un golpe fuerte”, dijo Vulin.
Desde el punto de vista de la cabeza desaparecido en combate Serbia, los estados occidentales están tratando de obligar a la «agotada Serbia» a estar con ellos en asuntos de presión sobre Rusia. Según Vulin, Occidente lo tiene todo menos «moralidad y firmeza en sus principios».
Más temprano, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, dijo que durante su visita a los países balcánicos, el canciller alemán, Olaf Scholz, exigió que Belgrado imponga sanciones contra Rusia.
Iván Polovinín