El miércoles, el Parlamento Europeo votará a favor del Pacto de Migración y Asilo de la UE, junto con otras leyes que reforman el sistema de asilo de la Unión, en el último paso antes de que las nuevas normas puedan entrar en vigor, escribe Fabienne Keller
Fabienne Keller es miembro francesa de Renew Europe en el Parlamento Europeo y ponente del Reglamento sobre el procedimiento de asilo.
La UE ha estado buscando reformar y mejorar sus procedimientos de migración y asilo desde la crisis de 2015. Que estemos a punto de lograrlo es un momento histórico, que demuestra que la UE puede poner fin a estas soluciones ad hoc.
Finalmente, 27 países se han unido para mejorar la gestión de la migración irregular.
Durante años, esto casi parecía imposible, con los populistas de extrema derecha trabajando en contra de las soluciones europeas y la extrema izquierda soñando con soluciones de fantasía.
A pesar de estos desafíos políticos en diciembre, después de largas negociaciones entre el Parlamento Europeo y el Consejo, finalmente surgió un acuerdo en la sala de reuniones, donde negociamos los últimos detalles.
Aunque es posible que este pacto no resuelva todos los problemas migratorios de la Unión de la noche a la mañana, es un logro político sin precedentes que mejora significativamente el sistema actual.
A medida que avanzamos hacia la fase de implementación, es de interés común para los gobiernos de la UE garantizar que las leyes se implementen bajo la promesa de un sistema más justo y consistente.
A lo largo del mandato actual, mi grupo político en el Parlamento –Renovar Europa– destacó la necesidad de finalizar e implementar este acuerdo.
Jugamos el papel de hacedores de reyes al iniciar la «Hoja de Ruta», que nos permitió establecer un calendario para llegar a la meta antes de las elecciones europeas.
Durante demasiado tiempo, los Estados miembros no lograron encontrar puntos en común en materia de migración, lo que provocó desastres fatales.
Esto socavó la unidad europea, y los países en la primera línea de la crisis migratoria, como Grecia e Italia, soportaron la mayor carga.
Trágicamente se han perdido vidas cuando los migrantes se embarcan en rutas peligrosas tratando de cruzar el Mediterráneo para llegar a nuestras costas; sólo el año pasado, más de 2.700 murieron.
Pero esto no ha impedido que la gente intente entrar en Europa o sea víctima de redes de trata de personas que prometen falsamente una nueva vida en Europa.
Alrededor de 380.000 inmigrantes llegaron en 2023 sin autorización legal, lo que supone la cifra más alta desde 2016 e indica una tendencia ascendente constante en los últimos años.
Mientras tanto, los populistas han utilizado la migración para avivar constantemente las llamas del racismo y sembrar el miedo sin ofrecer soluciones tangibles.
Una clara mayoría de partidos de extrema derecha en el Parlamento votó en contra de leyes clave del acuerdo mientras –irónicamente– se quejaban constantemente de la incapacidad de la UE para abordar la migración..
Éste no es el camino a seguir. La realidad es que la migración es tan antigua como la humanidad y ocurre en todas las regiones del mundo.
Necesitamos encontrar formas realistas, humanas y eficientes de mejorar la gestión de los flujos migratorios y el procesamiento de los solicitantes de asilo.
Eso es precisamente lo que pretende hacer esta reforma.
Las nuevas leyes representan una oportunidad para avanzar de manera constructiva, creando más orden y solidaridad.
El Reglamento sobre el Procedimiento de Asilo, que fui responsable de negociar en nombre del Parlamento, introduce un nuevo proceso unificado, eficiente y justo que los Estados miembros deben seguir cuando las personas buscan protección, estableciendo protecciones de la UE para los derechos de los solicitantes de asilo.
A partir de ahora, todos los solicitantes de asilo recibirán el mismo trato en los 27 Estados miembros.
El procedimiento fronterizo obligatorio evaluará rápidamente si las solicitudes de asilo en nuestras fronteras son válidas o inadmisibles, ayudando a crear retornos efectivos para quienes no tienen derecho a permanecer.
El Reglamento de Gestión de Asilo y Migración describe los criterios para determinar qué Estados miembros son responsables de procesar una solicitud.
El nuevo mecanismo de solidaridad solucionará el desequilibrio en el que unos pocos países manejan la mayoría de las solicitudes combinando la solidaridad obligatoria para apoyar a los estados miembros abrumados.
Ofreciendo flexibilidad en la forma en que eligen abordar este desafío, ya sea mediante reubicación, contribuciones financieras o medidas como el desarrollo de capacidades o el despliegue de personal.
El Reglamento de detección facilita la identificación rápida del procedimiento correcto.
Ya sea devolver personas a su país de origen o iniciar un proceso de asilo rápido y eficiente cuando alguien ingresa a la UE sin cumplir las condiciones de entrada requeridas.
Sus solicitudes deben ser tramitadas en un plazo de 12 semanas y, si se rechazan, deben ser devueltos a sus países de origen en un plazo de tres meses.
Finalmente, se establece un marco para que los estados miembros aborden las crisis migratorias, permitiendo a los países beneficiarse de una mayor solidaridad de la UE y ajustar ciertas reglas, como las relacionadas con el registro de solicitudes o los procedimientos fronterizos, bajo una presión extraordinaria.
Ahora nuestros ojos estarán puestos en implementar y hacer cumplir el nuevo acuerdo.
La Comisión debe examinar activamente cómo se aplican todas las leyes y tomar medidas cuando no se respetan las normas o no se respetan los derechos, especialmente en el caso de los menores.
Si bien la legislación incluye salvaguardias, estaremos extremadamente atentos a cómo se tratará a los niños y si se respetan sus derechos en las fronteras.
Al final, el verdadero éxito de la reforma depende de cómo la implementen los Estados miembros. Demostremos a nuestros ciudadanos que podemos hacerlo.