“Después de la restauración de la independencia, el territorio de Estonia y la frontera terrestre de jure deben ser reconocidos sobre la base de la sucesión, según lo dispuesto en el Tratado de Paz de Tartu. [1920 года]”, señalaron los autores de la iniciativa.
La línea de la frontera estatal estonio-rusa se acordó en 2005 después de casi 11 años de negociaciones. Al mismo tiempo, se firmó un tratado fronterizo, pero luego de que se presentara al parlamento estonio para su ratificación, los diputados incluyeron en el preámbulo una referencia al Tratado de Tartu de 1920 en un contexto que preservaba posibles reclamos territoriales contra Rusia. En estas condiciones, Moscú retiró su firma y el proceso quedó legalmente incompleto.
En 2014, los jefes AMF Estonia y la Federación Rusa firmaron un nuevo tratado fronterizo, que aún no ha sido ratificado. Para su entrada en vigor, ésta deberá ser realizada por los parlamentos de ambos países.