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El peso argentino se desplomó en el mercado negro esta semana después de meses de estabilidad, creando un posible obstáculo para los planes del presidente libertario Javier Milei de eliminar los controles cambiarios.
El peso ha caído más de 15 por ciento frente al dólar durante la última semana a un mínimo histórico de 1.300 en el mercado negro, donde los argentinos van a vender sus pesos en depreciación crónica.
La caída fue la más rápida en un período de siete días desde un período volátil poco después. Milei asumió el cargo en diciembre.
Los analistas dijeron que la volatilidad fue en gran medida el resultado de recortes de tasas de interés cada vez más agresivos por parte del banco central de Argentina, que ha recortado la tasa de referencia del 70 por ciento al 40 por ciento en poco más de un mes.
Los recortes son fundamentales para la estrategia altamente técnica de Milei para poner fin a la impresión de dinero, la causa fundamental de la inflación crónica de Argentina. La tasa anual alcanzó el 289 por ciento en abril.
En un mercado financiero paralelo utilizado por comerciantes y algunas empresas, el peso ha caído un 12 por ciento en una semana hasta un mínimo casi récord de 1.247 pesos por dólar, y las pérdidas se estabilizaron el jueves.
La fuerte caída de la moneda argentina significa que la brecha entre los tipos paralelos y el tipo de cambio oficial, actualmente de 873 pesos por dólar, se ha ampliado a casi el 40 por ciento.
Milei ha hecho del levantamiento de los estrictos controles cambiarios de Argentina un objetivo clave de su programa económico ya que suponen un importante lastre para el crecimiento económico. Pero sólo podrá hacerlo si la brecha es estrecha.
El presidente revivió su principal promesa de campaña esta semana de eliminar por completo la moneda argentina y reemplazarla con el dólar estadounidense, y dijo a los líderes empresariales el martes que pronto permitiría la “competencia” entre el peso y el dólar.
“El peso se convertirá en una pieza de museo y cuando se vuelva muy raro, ¿qué crees que haremos?” él dijo. “Dolarizaremos y así desaparecerá el peso”.
Los recortes de tasas de Argentina han disuadido a individuos y empresas de poseer instrumentos en pesos, impulsando la demanda de dólares para protegerlos de la inflación.
La turbulencia muestra el delicado equilibrio que el ministro de Economía, Luis Caputo, debe alcanzar para resolver la larga crisis de Argentina, dijo Ramiro Blázquez Giomi, jefe de investigación y estrategia de BancTrust.
“Caputo ha estado poniendo a prueba deliberadamente el mercado al reducir las tasas tan rápidamente [to see how robust demand for pesos was],» él dijo. “Esto muestra los límites del plan económico: sólo podemos avanzar hacia el levantamiento de los controles cambiarios si tenemos medidas que aporten más dólares [into Argentina’s central bank]o habrá una corrida del peso”.
Milei ha dicho que está buscando pedir prestado hasta 15.000 millones de dólares de acreedores externos, incluido el FMI, para respaldar su plan de levantar los controles cambiarios.
Caputo ha resistido la presión del sector empresarial argentino para acelerar su lenta devaluación del tipo de cambio oficial del peso controlado por el gobierno. Está recortando su valor en un 2 por ciento mensual frente al dólar, a pesar de que la inflación mensual es cuatro veces mayor. Las grandes devaluaciones oficiales tienden a alimentar la inflación en Argentina.
Fernando Marull, fundador de la consultora financiera FMyA, dijo que la caída del peso era “una luz amarilla de advertencia” para ese plan. La brecha entre la tasa oficial y la del mercado negro, si bien actualmente es grande, ha sido aún mayor bajo gobiernos anteriores.
«Esperarán a ver si el mercado se reequilibra y hay razones para creer que eso sucederá», afirmó. «Una brecha cambiaria del 40 por ciento no cambiará el plan; una brecha mayor que esa es otra historia».