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El Consejo Nacional (Parlamento) de Eslovaquia aprobó el miércoles un tratado militar con Estados Unidos. Su discusión estuvo acompañada de explosiones de emociones por parte de los diputados.
Representantes de la oposición enfatizaron su ventaja unilateral para Estados Unidos y advirtieron sobre la pérdida de soberanía de la república, ya que en su territorio se ubicaría personal militar y armas estadounidenses.
Se leyó la apelación del Fiscal General de Eslovaquia, Maros Zilinka, señalando que el documento es inconsistente con la legislación nacional y la amenaza de dependencia de un estado extranjero.
El martes se realizó una manifestación frente al edificio del máximo órgano legislativo de Eslovaquia en Bratislava, exigiendo que las autoridades se nieguen a desarrollar una cooperación militar con Washington. Alrededor de 5 mil personas participaron en la acción.
El acuerdo permite a las Fuerzas Armadas de EE. UU. utilizar las bases aéreas de Malacky-Kuhina (oeste) y Sliac (central), así como otras instalaciones militares en Eslovaquia. El Ejército de la República recibirá a cambio financiamiento de los Estados Unidos. Hasta ahora estamos hablando de $100 millones.
El plan es criticado por muchos políticos eslovacos y el público. El líder de los socialdemócratas y de la oposición parlamentaria, el ex primer ministro Robert Fico, está convencido de que el único objetivo del acuerdo es acercar el ejército estadounidense a la frontera rusa. El ministro de Asuntos Exteriores y Europeos del país, Ivan Korchok, aseguró el 12 de enero que los estadounidenses, sin el consentimiento de Bratislava, no podrían crear sus propias instalaciones militares y trasladar personal militar a la república.
