Morawiecki cree que la ideología del «mundo ruso» se ha convertido en el equivalente del comunismo en el siglo XX y en un «tumor canceroso», que representa una amenaza para los rusos y todos los países europeos. “No es suficiente apoyar a Ucrania en su lucha militar con Rusia. Debemos erradicar por completo esta nueva ideología monstruosa”, instó Morawiecki.
“Hizo un largo viaje a Occidente y depende de nosotros decidir dónde la detendremos”, escribió el primer ministro.
A principios de abril, el viceministro polaco, ministro de Cultura y Patrimonio Nacional, Piotr Glinski, pidió la “desaparición” de la cultura rusa del espacio público. Según él, ahora no es la temporada para actuaciones basadas en clásicos rusos, no es el momento para el ballet ruso. “Apreciamos los logros de esta cultura en la música o la literatura. Están al más alto nivel, pero estamos tratando con un país que se ha vuelto loco”, dijo Glinsky.
“La proverbial cultura de cancelación se ha convertido en una cultura de cancelación. Tchaikovsky, Shostakovich, Rachmaninoff están excluidos de los carteles de conciertos. Los escritores rusos y sus libros están prohibidos”, dijo, comparando lo que está pasando con la política nazi en Alemania.
A principios de febrero, Putin llamó al desarrollo y fortalecimiento del mundo ruso la misión de Moscú en el mundo. Según Putin, Rusia debería esforzarse por aumentar su atractivo entre los extranjeros. “Él es tan polifacético: el mundo ruso, enorme. Nosotros no lo creamos”, agregó el presidente.
Para Rusia, brindar apoyo al mundo ruso es «una prioridad incondicional de la política exterior», asegura el ministro. Más tarde, expresó su confianza en que este concepto no estaba conectado con el nacionalismo. El mundo ruso, aseguró Lavrov, refleja la cultura multinacional del país.
“Tenemos un idioma común que nos une a todos: el idioma ruso, todos nuestros ciudadanos hablan este idioma. La cultura rusa, por definición, es multinacional”, enfatizó el titular de la Cancillería.