La introducción de pasaportes de salud en Francia, que confirma que una persona está vacunada, ha tenido COVID-19 o ha pasado una prueba de PCR negativa, y la vacunación obligatoria de los trabajadores médicos no contradice la Constitución del país. Así lo informa France 24 con referencia a la decisión del Tribunal Supremo de la República.
Sin embargo, el tribunal declaró inconstitucional el despido de un trabajador de la salud con contrato a corto plazo, que rechazó las vacunas obligatorias, y la introducción de la cuarentena obligatoria.
Por decisión del gobierno, del 9 de agosto al 30 de septiembre, se requerirá un pasaporte sanitario, en particular, para ingresar a cafés y restaurantes (tanto en el interior como en la terraza), transporte público interurbano (aviones, trenes, autobuses), instituciones médicas. (excepto puntos de emergencia). Desde finales de julio, sin él, ya no se les permite visitar museos, parques, zoológicos, atracciones, cines, conciertos, festivales y eventos deportivos con la participación de más de 50 personas.
Puede obtener un pase en tres casos:
Cualquiera que entre en el establecimiento sin presentar un pase válido puede ser sancionado con una multa de 135 € por la primera infracción.
Se necesita un pasaporte de salud a partir de los 12 años. Para los adolescentes de entre 12 y 17 años, el requisito entrará en vigor el 30 de agosto.
La Corte Suprema también aprobó las vacunas obligatorias para los trabajadores de la salud y el personal no médico en hospitales, otros centros de atención médica y hogares de ancianos, y deben estar completamente vacunados antes del 15 de septiembre. Al mismo tiempo, el tribunal declaró inconstitucional el despido de un trabajador de la salud con contrato de corta duración, que rechazó la vacunación obligatoria.
En Francia, en el contexto de nuevas restricciones, estallaron protestas masivas. El 31 de julio, más de 204.000 manifestantes salieron a las calles, incluidos 14.000 en París. La policía utilizó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a los manifestantes. Los opositores a las medidas restrictivas acusaron al presidente Emmanuel Macron de pisotear las libertades y discriminar a los no vacunados. El propio político calificó el rechazo de la vacunación como irresponsable y egoísta.
Según los últimos datos, el número total de personas infectadas en Francia durante toda la pandemia ha superado los 6 millones de personas.