WASHINGTON: El jefe de Twitter, Elon Musk, anunció en una serie de tuits el sábado (21 de enero) que el servicio de suscripción de la compañía mostraría menos publicidad a los usuarios, incluido un nivel sin publicidad.
El anuncio se produce cuando la red social se ha enfrentado a importantes incertidumbre económica desde su adquisición por Musk en octubre.
«Los anuncios son demasiado frecuentes en Twitter y demasiado grandes. Tomaremos medidas para abordar ambos en las próximas semanas», publicó Musk en su cuenta de Twitter el sábado.
Y para aquellos que lo elijan, «habrá una suscripción de mayor precio que permitirá cero anuncios», agregó Musk.
Ese sería un cambio radical en el modelo comercial de Twitter, que hasta ahora ha dependido de la publicidad dirigida para generar ingresos, antes de lanzar un servicio de suscripción paga a mediados de diciembre.
Pero la publicidad ha sido un signo de interrogación para Twitter últimamente, después de que Musk despidiera a cerca de la mitad de los 7500 empleados de la empresa a fines del año pasado. La medida despertó la preocupación de que la empresa no contaba con el personal suficiente para llevar a cabo la moderación del contenido y asustar a los gobiernos y anunciantes.
Musk dijo que su estrategia era reducir enormemente los costos mientras generaba ingresos, y que un nuevo servicio de suscripción llamado Twitter Blue, que otorga a los usuarios una marca de verificación azul codiciada por una tarifa, ayudaría a alcanzar ese objetivo.
El servicio cuesta US$11 al mes en Estados Unidos y está disponible en los sistemas operativos móviles iOS de Apple y Android de Google, según una página en el sitio web de la empresa.
Las suscripciones web también están disponibles por US$8 al mes o, con descuento, US$84 al año.
Twitter Blue está actualmente disponible en Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Australia y Japón.
Twitter, liderado por Musk, se ha visto afectado por el caos, con despidos masivos, la devolución de cuentas prohibidas y la suspensión de periodistas críticos con el multimillonario nacido en Sudáfrica.
La adquisición de Musk también vio un aumento en los tuits racistas o de odio, lo que atrajo el escrutinio de los reguladores y ahuyentó a los grandes anunciantes, la principal fuente de ingresos de Twitter.