Embajador de Venezuela regresa a Brasilia
El embajador de Venezuela en Brasil, Manuel Vadell, regresó el jueves a Brasilia después de dos semanas en Caracas para realizar consultas, poniendo así fin a la crisis diplomática entre ambos países. El diplomático anunció esta medida a través de un video publicado en las redes sociales. Había sido convocado a Venezuela el 30 de octubre, después de que el régimen de Nicolás Maduro dijera que las declaraciones del asesor de Asuntos Exteriores del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, Celso Amorim, eran “interferentes y groseras”.
En su mensaje, Vadell también señaló que los venezolanos residentes en Brasil tendrán sus pasaportes disponibles en la Embajada a partir del 18 de noviembre. La medida aplica para quienes solicitaron estos documentos entre el 24 de agosto y el 1 de noviembre.
La reaparición de Vadell en sus funciones concuerda con las recientes explicaciones del ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, quien insistió en que a pesar de sus diferencias, Brasil no contempla romper relaciones diplomáticas con Venezuela. Sin embargo, Brasil sigue siendo crítico con las controvertidas elecciones del 28 de julio, en las que se anunció la reelección de Maduro incluso sin documentación que lo respalde, mientras que la opositora Plataforma Democrática Unitaria (PUD) publicó actas de votación del 83% de las mesas electorales, lo que demuestra la insuperable victoria de Edmundo González Urrutia. victoria.
Caracas se había enfurecido por el rechazo de Brasil en la Cumbre BRICS en Kazán, Rusia, durante la cual a otros países como Cuba y Bolivia se les concedió membresía asociada al bloque. Pero “eso no significa que Brasil deba romper relaciones con Venezuela”, argumentó Vieira. Ante la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Congreso de Brasil, destacó que “el diálogo y la negociación y no el aislamiento son la clave para cualquier solución pacífica en Venezuela”.
A principios de esta semana, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó que Maduro era un problema de Venezuela, no de Brasil.