El primer ministro nacionalista de Hungría, Viktor Orbán, defendió el jueves (28 de julio) sus comentarios del fin de semana contra la creación de «pueblos de raza mixta», diciendo que representaban un «punto de vista cultural y de civilización».
“Ocurre a veces que hablo de una manera que puede malinterpretarse… la posición que represento es un punto de vista cultural y de civilización”, dijo Orbán en una conferencia de prensa conjunta con el canciller austriaco Karl Nehammer durante una visita de un día a la vecina Austria.
Orbán desató una tormenta de críticas después de que advirtió contra mezclarse con «no europeos» en un discurso en la región rumana de Transilvania, hogar de una comunidad húngara, el sábado pasado.
Nehammer dijo que el problema se había «resuelto… de manera amistosa y con toda claridad», y agregó que su país «condenó enérgicamente… cualquier forma de racismo o antisemitismo».
El Comité Internacional de Auschwitz ha instado a la Unión Europea, y específicamente a Nehammer, a distanciarse de “los trasfondos racistas de Orbán”.
Austria es el primer país de la UE en recibir a Orbán para las conversaciones desde que ganó un cuarto mandato consecutivo en abril.
Además de la disputa racial, los dos líderes discutieron la migración y la seguridad energética en medio de las tensiones por la invasión rusa de Ucrania.
Viena se ve a sí misma como «un intermediario honesto» y está ansiosa por no dejar de lado a Hungría, dijo a la AFP un funcionario austriaco bajo condición de anonimato.
Representantes de la comunidad judía expresaron su alarma luego de que Orbán, un ultraconservador conocido por su política antimigrante y su retórica virulenta, dijo que “no queremos convertirnos en pueblos mestizos”.
El hombre de 59 años también pareció aludir a las cámaras de gas alemanas nazis cuando criticó un plan de Bruselas para reducir la demanda europea de gas en un 15 por ciento luego de la invasión rusa de Ucrania.
Hungría fue el único miembro de la UE que se opuso al plan, que fue aprobado por mayoría esta semana.
Una asesora de Orbán, Zsuzsa Hegedus, renunció el martes, criticando su discurso como “un texto nazi puro”.
En respuesta, Orbán destacó la “política de tolerancia cero de su gobierno en lo que respecta al antisemitismo y el racismo”, según una carta que hizo pública.
“Estoy orgulloso de los resultados que logró Hungría contra el racismo en los últimos años”, dijo Orbán a los periodistas el miércoles.