La descarbonización y la competitividad del mercado deben ir de la mano, pero el progreso de Eslovaquia se ve obstaculizado por un apoyo estatal inconsistente y la falta de proyectos sólidos impulsados por subsidios, dijeron expertos en un evento organizado por Euractiv Eslovaquia.
Los oradores de la séptima conferencia sobre Descarbonización de la Economía Eslovaca dijeron que sin una visión clara y políticas económicas consistentes, Eslovaquia corre el riesgo de enfrentar desafíos importantes para cumplir los objetivos de la UE de reducir las emisiones netas en un 55% para 2030 y lograr la neutralidad climática para 2050.
Representantes del sector privado, formuladores de políticas y economistas coincidieron en que los proyectos de descarbonización sólo pueden tener éxito si el entorno empresarial está respaldado por continuidad y garantías de inversión respaldadas por el Estado.
“Hay escasez de proyectos tangibles para reducir la huella de carbono de Eslovaquia; el problema no radica en la financiación sino en la falta de una estrategia estatal coherente y de estabilidad”, afirmó Peter Balík, ex ministro de inversiones de Eslovaquia y ahora representante del Banco Europeo de Inversiones.
Jozef Hajko (KDH/PPE), vicepresidente de la comisión económica del parlamento eslovaco, destacó los riesgos de la dependencia económica de Alemania, señalando la inestabilidad actual provocada por el colapso de la coalición gobernante de Olaf Scholz.
«Si Alemania no tiene éxito, nosotros tampoco lo tendremos», señaló.
Miroslav Kiraľvarga, presidente de la Unión Nacional Eslovaca de Empleadores (NUE), destacó el desafiante entorno empresarial de Eslovaquia, que se caracteriza por «los precios de la energía más altos de la región» y la «dependencia industrial del país de las economías más grandes de la UE», lo que socava la competitividad.
También señaló que hacer una economía más ecológica y adoptar tecnologías bajas en emisiones requerirá una inversión significativa, lo que aumentará los costos. Como resultado, los productos se volverán más caros y enfrentarán la competencia de alternativas más baratas de países con requisitos de descarbonización menos estrictos.
Falta visión política en Eslovaquia
Un tema clave de la mesa redonda fue por qué Eslovaquia se queda atrás en su disposición a utilizar los fondos europeos destinados a la descarbonización.
Balík señaló que hasta el 80% de las inversiones de capital de Eslovaquia se financian con fondos europeos, lo que subraya la necesidad crítica de una dirección política estable y coherente.
Los oradores también identificaron la falta de experiencia como una barrera importante para desarrollar proyectos sólidos y de alta calidad necesarios para solicitudes de financiamiento exitosas.
“El sector privado necesita garantías estatales para asumir riesgos y comenzar a preparar proyectos de manera proactiva y oportuna. Sin embargo, en Eslovaquia las estrategias cambian de un ciclo político a otro”, afirmó Balik.
Según Balík, desarrollar un plan integral de descarbonización de suficiente calidad e implementarlo llevará varios años.
Hajko, por su parte, subrayó que Eslovaquia no ha sabido aprovechar las oportunidades de diversificación industrial de los últimos años y afirmó que «apoya fuertemente a la industria del automóvil, pero no hay un plan claro para otros sectores».
También enfatizó la necesidad de un liderazgo político fuerte para guiar a Eslovaquia hacia una base industrial sostenible.
Incrementar la competitividad de la UE
El experto en economía de Globsec, Vladimír Vaňo, instó a la UE a encontrar formas de cerrar la brecha de precios con Estados Unidos y Asia, donde los costos de la energía son significativamente más bajos.
Señaló que mientras la UE se enfrenta a la pandemia, China está avanzando rápidamente en su producción de coches eléctricos. Vaňo también expresó su preocupación por el posible cambio en la política climática de Estados Unidos bajo Donald Trump.
“El Acuerdo de París y el compromiso de Estados Unidos con los objetivos climáticos podrían estar en peligro, creando una desventaja competitiva para la UE”, advirtió.
(Lucía Lauková, Natália Silenská | Euractiv.sk)