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Las elecciones españolas, que fueron ganadas por el derechista Partido Popular pero sin suficiente apoyo para gobernar, marcan un raro revés para la creciente influencia de la derecha política en toda Europa, dicen los analistas.
A falta de apenas un año para las elecciones europeas de junio, la incapacidad del PP para ganar una mayoría de gobierno, incluso con su socio de extrema derecha Vox, “hace que la ola de extrema derecha radicalmente conservadora no haya logrado cruzar los Pirineos”, dijo Steven Forti, politólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona.
“La señal que envía España a Europa es que se puede frenar esta ola”, dijo a la AFP.
Sobre el papel, el PP ganó la votación con 136 de los 350 escaños del Parlamento, seguido por los socialistas del presidente del Gobierno saliente, Pedro Sánchez, que obtuvo 122.
Pero para Forti, representó poco más que una “victoria pírrica” e incluso una “derrota política”.
Las encuestas habían augurado en repetidas ocasiones la victoria del PP, que sugería que sería capaz de amasar una mayoría absoluta con Vox, un aliado problemático por sus posiciones extremas pero, no obstante, imprescindible para que gobernara el partido de Alberto Núñez Feijóo.
tal resultado podría haber llevado a la extrema derecha al gobierno de España por primera vez desde que terminó la dictadura franquista en 1975.
una vergüenza
Muchos en Europa pensaron que España iba por el mismo camino que tomaron Suecia e Italia el año pasado, o Finlandia a principios de este año, países donde la derecha y la extrema derecha se han unido para gobernar.
Y en Roma, la líder de extrema derecha Giorgia Meloni es primera ministra y encabeza la coalición más ultraderechista de Italia desde la Segunda Guerra Mundial.
Pero es dudoso que el revés de la derecha en España provoque un replanteamiento en Europa, dice Thierry Chopin, asesor especial del Instituto Jacques Delors.
“No es nada seguro porque cada situación nacional es muy diferente”, dijo a la AFP.
Vox, que surgió de una escisión dentro del PP en 2013, tiene “una narrativa bastante escandalosa” y una forma de radicalismo que está “lejos de la estrategia de banalización y respetabilidad” exhibida por movimientos similares en otros países europeos, dijo.
A lo largo de su campaña, Vox avergonzó a Feijóo con sus posiciones extremas que van desde la negativa a reconocer la violencia de género, hasta el rechazo a los derechos LGBTQ, o la oposición al aborto y la eutanasia.
La convergencia ideológica «no ha funcionado» en España «como lo hizo en Italia o en el norte de Europa», dijo Chopin.
Recriminaciones
La debacle del domingo desencadenó recriminaciones entre los dos partidos. El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, acusó a los medios cercanos al PP de “satanificar y manipular el mensaje de Vox” para ganarse a los votantes.
Pero para evaluar el impacto a nivel europeo del fracaso derechista del domingo en España, Forti dice que será necesario ver si Sánchez y sus aliados de extrema izquierda, Sumar, logran aferrarse al poder.
De lo contrario, es probable que España se dirija a nuevas elecciones a finales de año, o a principios de 2024 “justo antes de las elecciones europeas” de junio, dijo.
Antes de las elecciones europeas, el Partido Popular Europeo (PPE) de centro-derecha, que incluye al PP, ha estado en conversaciones con el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) de derecha, que incluye a Vox y los Hermanos de Italia de Meloni, sobre una nueva alianza política dentro del parlamento.
Pero el resultado de las elecciones españolas “realmente ha complicado esa estrategia”, dijo Forti.
“Lo que ha pasado en España refuerza mi opinión de que esta alianza no es una conclusión inevitable y que no sucederá”, dijo.
