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En junio, la filial colombiana del grupo bancario español BBVA Anunciado que estaba emitiendo lo que describió como el “primer bono de biodiversidad” del sector financiero, con el fin de financiar proyectos de conservación y restauración del hábitat en el país sudamericano.
La iniciativa de 50 millones de dólares —respaldada por la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo del Banco Mundial centrado en el sector privado, como estructurador e inversor— marca un cambio de rumbo para una nación que se recupera de medio siglo de violencia y actividad guerrillera. También coloca a Colombia entre un selecto grupo de pioneros, entre ellos las Seychelles y Belice, que están utilizando los mercados financieros para apoyar la conservación de la naturaleza.
Si bien el mercado de bonos verdes ha experimentado un crecimiento explosivo en la última década, el capital que ha recaudado se ha invertido mayoritariamente en proyectos de mitigación del cambio climático, energías alternativas y transporte ecológico. Se destinan cantidades mínimas a proyectos de conservación de la biodiversidad y restauración del hábitat.
En el financiamiento de la naturaleza, de manera explícita y directa, este bono colombiano abre nuevos caminos, con métricas vinculadas a objetivos en beneficio del medio ambiente.Los préstamos se reembolsarán a través de una combinación de fuentes de financiación que incluyen un impuesto al carbono, el presupuesto del gobierno y los donantes..
Pruébate
Este es el sexto En una serie Estudios de casos mensuales de estilo empresarial dedicados a dilemas de responsabilidad empresarial a los que se enfrentan las organizaciones. Lea el artículo y los artículos del FT sugeridos al final (y vinculados dentro del artículo) antes de considerar las preguntas planteadas.
Acerca de los autores: Andrew Karolyi es profesor y decano, John Tobin-de la Puente es profesor de práctica y codirector de la Iniciativa de Finanzas Responsables, ambos en el Cornell SC Johnson College of Business.
La serie forma parte de una amplia colección de FT ‘Estudios de casos de enseñanza instantánea‘ que exploran los desafíos empresariales.
La pregunta para quienes están preocupados por la destrucción de los hábitats naturales del mundo es si este bono estructurado pionero será eficaz y si podría ayudar a inspirar una gama más amplia de instrumentos similares destinados a contrarrestar la pérdida de biodiversidad en todo el mundo.
Mientras tanto, la pregunta para los inversores es si el vehículo es lo suficientemente atractivo y sólido para atraer una nueva y creciente clase de financiadores que pueden compartir un interés en las cuestiones ambientales pero que también buscan retornos competitivos.
Situado en el extremo norte de Colombia, situada en los Andes, se extiende a lo largo del Ecuador, el océano Pacífico, el Caribe y la cuenca del Amazonas. Tiene el segundo mayor número de especies del planeta después de Brasil, y la mayor diversidad de especies cuando se mide por kilómetro cuadrado, según el Fondo Mundial para la Vida SilvestreColombia es el hogar de más de 1.900 especies de aves, al nivel de Brasil y Perú.
Pero el calentamiento global amenaza con causar Daño dramático a esta biodiversidadColombia estará en la primera línea de estas pérdidas porque se verá afectada desproporcionadamente por el cambio climático en comparación con países con menos especies y más extendidas.
Ahora, sin embargo, también podría estar a la vanguardia de nuevos modelos financieros para revertir la tendencia.
En 2016, se firmó un histórico acuerdo de paz entre el gobierno y el grupo guerrillero de izquierda Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Marcó el fin de cinco décadas de conflicto armado. A pesar de la violencia continua, el proceso de paz ha mejorado enormemente la vida de los ciudadanos. Sin embargo, también ha aumentado la presión sobre los ecosistemas naturales. La violencia política ha permitido proteger grandes áreas de la deforestación ilegal y la degradación del hábitat.
Cinco años después del acuerdo de paz, Colombia se convirtió en el primer país latinoamericano en emitir un bono verde en su mercado interno: una oferta de 200 millones de dólares a 10 años destinada a financiar una variedad de proyectos destinados a beneficiar el medio ambiente, incluidos la gestión del agua, el transporte sostenible, la protección de la biodiversidad y la energía renovable. La alta demanda de los inversores hizo que el monto final se incrementara nuevamente a la mitad.
Ministro de Hacienda José Manuel Restrepo descrito El bono estructurado es un “paso importante” para encontrar nuevas formas de financiar la inversión en proyectos ambientales: ayudaría a desarrollar un mercado interno de bonos verdes y atraer una gama más amplia de inversores. Su ministerio identificó otros 500 millones de dólares en proyectos elegibles que podrían financiarse a través de bonos verdes, incluido un “bono azul” colombiano de 50 millones de dólares, financiamiento centrado en hábitats marinos y proyectos oceánicos que generan cobeneficios ambientales. Este se colocó con éxito en 2023 con la ayuda de BBVA y el IFC como estructurador.
Ahora, el anuncio de BBVA El bono de biodiversidad de Colombia marca otro paso adelante. Se centra en la reforestación, la regeneración de bosques naturales en tierras degradadas, la conservación de manglares y la protección del hábitat de la vida silvestre.
En el caso de los bonos verdes, sólo una parte minúscula del dinero recaudado se destina a la conservación de la naturaleza, en parte porque pocos de esos proyectos generan flujos de efectivo con los que reembolsar a los inversores. Otra razón es que es más difícil medir la eficacia con la que se emplean los recursos dedicados a la conservación (por ejemplo, para monitorear el crecimiento de las poblaciones de especies) o hacer un seguimiento de las actividades que ayudan a alcanzar determinadas metas de conservación a lo largo del tiempo, como la restauración de ecosistemas degradados.
Muchos expertos consideran que utilizar capital privado que busque rentabilidad financiera para financiar la gestión sostenible y la conservación de los recursos naturales es la solución más realista a las crisis gemelas de pérdida de biodiversidad y cambio climático, dada la magnitud de la inversión necesaria.
Aún así, hay Creciente resistencia política contra las iniciativas ambientales y sociales, sobre todo en Estados Unidos.
Los reguladores y los grupos de consumidores también han iniciado acciones legales para desafiar los objetivos verdes. Grandes corporaciones, entre ellas Unilever, Bank of America y Shell, abandonaron o no cumplieron sus objetivos de reducción de emisiones de carbono durante el último año. Y ha habido desilusión con la capacidad de los bonos vinculados a la sostenibilidad para cumplir sus objetivos.
Por asociación, esto plantea nuevas preguntas sobre el progreso continuo en materia de biodiversidad.
En lo que respecta a la lucha contra la crisis climática, la trayectoria parece clara: el conjunto de soluciones necesarias está más o menos acordado y buena parte de ellas tiene sentido desde el punto de vista económico. Pero, en materia de financiación de la biodiversidad, cerrar acuerdos es inherentemente más difícil.
Es más complejo estructurar transacciones que generen ingresos para proteger la vida silvestre, restaurar ecosistemas y financiar otras actividades que pueden no generar flujos de efectivo, todo ello garantizando al mismo tiempo el reembolso a los inversores. Los primeros éxitos, como El bono azul de Belice Son alentadores, pero el potencial para una escala real aún no está claro.
Preguntas para la discusión
Leer:
Cómo las empresas están empezando a alejarse de los objetivos ecológicos (ft.com)
La emisión de bonos verdes aumenta a medida que los inversores buscan rentabilidad (ft.com)
Considere estas preguntas:
1. ¿Qué importancia tiene el papel de la IFC como estructurador de la emisión de bonos de biodiversidad de BBVA Colombia para validar su legitimidad y brindar seguridad a los inversionistas? ¿Qué importancia tiene que la IFC sea también coinversora en la emisión de bonos de biodiversidad?
2. ¿Cuáles son los pros y contras del hecho de que el acuerdo de emisión de bonos de biodiversidad de BBVA Colombia por US$50 millones se haya lanzado luego de la exitosa colocación tres años antes por parte de Colombia de su bono verde soberano, y luego de su recién anunciada “taxonomía verde”?
3. ¿Qué dice la experiencia colombiana sobre la probabilidad de un cambio rápido en la forma en que los países gestionan sus impactos sobre la biodiversidad y el clima? ¿Demuestra Colombia que ese cambio es posible, o su experiencia es única y es poco probable que represente un modelo de acción rápida para otros países?
4. ¿Pueden los bonos de biodiversidad ayudar de manera significativa a abordar la pérdida de biodiversidad? ¿Y es esta transacción el comienzo de una tendencia? Si no, ¿por qué BBVA Colombia habría realizado esta transacción? ¿Es un gesto de buena voluntad y un reconocimiento de su propia responsabilidad corporativa, o un medio para maquillar de verde algunas de sus otras inversiones menos atractivas?
5. Considerando el contexto económico y social posterior al acuerdo de paz entre Colombia y las FARC, ¿cómo podría el paso del conflicto a la paz afectar la capacidad del país para equilibrar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente?