Excapo del Cártel de Cali muere en prisión de EE.UU.
La muerte el miércoles en una prisión estadounidense del excapo del Cartel de Cali Gilberto Rodríguez Orejuela, alias El Ajedrecista, quien solía librar su propia guerra contra el traficante rival Pablo Escobar del Cartel de Medellín, ha revivido historias de los años 80 y 90 que han sido romantizado a través de la industria del entretenimiento.
Los capos de la droga colombianos de esa época parecen estar siguiendo los pasos de los mafiosos en los Estados Unidos de los años de la prohibición.
El Ajedrecista, jefe del Cártel de Cali junto a su hermano Miguel, murió a los 83 años en una cárcel de Estados Unidos, donde había sido extraditado hace 20 años por cargos de narcotráfico.
Los métodos violentos de Escobar obligaron a los caleños a adoptar una estrategia de defensa y dedicar parte de sus esfuerzos a encontrar al líder de la pandilla rival, quien finalmente fue baleado por las fuerzas del orden el 2 de diciembre de 1993.
A diferencia de Escobar, El Ajedrecista y su hermano, apodado “El Señor”, eran conocidos por sobornar a funcionarios del gobierno, incautar bancos, estaciones de radio, una cadena de farmacias, un equipo de fútbol profesional y patrocinar campañas políticas.
El Cartel de Cali giró US$ 6 millones para financiar la campaña presidencial de Ernesto Samper (1994-1998), quien finalmente admitió que los informes al respecto eran ciertos pero afirmó que todo había sucedido a sus espaldas.
Los hermanos Rodríguez Orejuela fueron dueños del equipo de fútbol profesional América de Cali, que contó con grandes jugadores en su plantel y perdió tres finales consecutivas de la Copa Libertadores en la década de los 80.
Después de la muerte de Escobar, las autoridades rastrearon al Cartel de Cali, cuyos miembros fueron arrestados o asesinados. Rodríguez Orejuela fue capturado el 9 de junio de 1995, dentro de un escondite que había construido dentro de una lujosa casa en el norte de Cali. Más tarde fue liberado de la cárcel, pero arrestado nuevamente y extraditado en 2004 a los Estados Unidos. Dos años más tarde fue sentenciado a 30 años de prisión y enviado a la prisión federal de Butner en Carolina del Norte.
En los últimos años, sus abogados habían pedido clemencia por el precario estado de su salud, a consecuencia de un cáncer de próstata y colon, y el temor de ser contagiado de COVID-19.
Según El Tiempo de Bogotá, la causa de la muerte de El Ajedrecista fue “una complicación de un linfoma cerebral”.