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TOKIO: El Banco de Japón probablemente debatirá si aumentar las tasas de interés cuando se reúna la próxima semana y revelará un plan para reducir aproximadamente a la mitad las compras de bonos en los próximos años, dijeron fuentes, lo que indica su determinación de desmantelar gradualmente su masivo estímulo monetario.
La decisión sobre las tasas dependerá de cuánto tiempo prefieran esperar los miembros del directorio para tener claridad sobre si el consumo se recuperará y mantendrá la inflación estable alrededor del objetivo del 2 por ciento del banco, dijeron cuatro personas familiarizadas con el pensamiento del BOJ.
Más de tres cuartas partes de los economistas encuestados por Reuters esperan que el banco central mantenga su política monetaria estable este mes y posiblemente tome el próximo paso en septiembre u octubre, pero fuentes sugirieron que el resultado de la reunión del 30 y 31 de julio era considerablemente menos seguro.
«La decisión será difícil y reñida», dada la incertidumbre sobre las perspectivas de consumo, dijo una de las fuentes. «Es realmente una cuestión de criterio, en términos de si actuar ahora o más adelante este año», dijo otra persona.
Si bien la junta de nueve miembros está en general de acuerdo sobre la necesidad de un aumento de tasas en el corto plazo, no hay consenso sobre si debería ocurrir la próxima semana o más adelante en el año, dijeron.
La inflación básica alcanzó el 2,6 por ciento en junio, habiendo superado el objetivo del BOJ durante más de dos años, y el salario base de los trabajadores aumentó en mayo al máximo en tres décadas, lo suficiente para que los halcones argumenten que las condiciones son adecuadas para aumentar las tasas ahora.
Sin embargo, la reciente debilidad del consumo y del sentimiento de los hogares han ayudado a los partidarios de la política monetaria moderada a argumentar que es mejor esperar por ahora y obtener más datos para ver si los recortes de impuestos y el aumento de los salarios impulsarán el consumo como se proyecta.
El resultado de la reunión de la próxima semana es incierto en parte porque el BOJ no ve ninguna razón convincente para apresurarse, con los aumentos de precios aún moderados y las expectativas de inflación estables cerca del 2 por ciento, dijeron las fuentes.
«Lo que está claro es que el Banco de Japón probablemente subirá los tipos en los próximos meses. Es sólo una cuestión de tiempo», dijo uno de ellos.
El gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, ha dicho que el banco central aumentará las tasas si está convencido de que el sólido crecimiento económico y salarial mantendrá la inflación alrededor del 2 por ciento en los próximos años, como se proyecta.
Si bien los precios al consumidor han estado aumentando en Japón desde la pandemia de COVID-19, evitar períodos prolongados de caída de precios que la economía ha experimentado repetidamente durante las últimas tres décadas sigue siendo una preocupación para los responsables políticos japoneses.
Tras haber puesto fin a las tasas negativas en marzo, el Banco de Japón aún mantiene las tasas de corto plazo en torno a cero. Se espera que la próxima subida de las tasas dé inicio a un ciclo de ajuste que las llevará a niveles que no enfriarán ni estimularán el crecimiento (los analistas estiman que rondarán entre el 0,5% y el 1,5%), un proceso que podría llevar varios años.
«Para el Banco de Japón, todavía hay un largo camino por recorrer. Otra subida de los tipos de interés seguirá manteniendo la situación monetaria en un nivel muy laxo», dijo una segunda fuente, opinión compartida por otras dos fuentes.
Si bien muchos actores del mercado esperan que el BOJ aumente las tasas este año,
En la reunión de este mes, el BOJ también dará a conocer los detalles de un plan de ajuste cuantitativo sobre cómo reducirá gradualmente su enorme compra de bonos en los próximos uno a dos años y reducirá su balance de casi 5 billones de dólares.
Es probable que el BOJ reduzca gradualmente sus compras de bonos en varias etapas a un ritmo aproximadamente en línea con las opiniones dominantes del mercado, para evitar causar un aumento no deseado en los rendimientos, dijeron las fuentes.
Esto aumenta la posibilidad de que el BOJ reduzca aproximadamente a la mitad las compras mensuales de bonos en un año y medio o dos, un ritmo defendido por un número considerable de participantes en una reunión celebrada la semana pasada entre el banco y las instituciones financieras.
El BOJ puso fin a ocho años de tasas negativas y control del rendimiento de los bonos en marzo, en un cambio histórico respecto de su programa de estímulo radical.
