Muchos estudios sobre el clima y su relación con los conflictos no han sido concluyentes, con resultados mixtos sobre cómo la sequía o la deforestación podrían estar generando tensiones que pueden conducir a la violencia.
Un nuevo documento de trabajo del Fondo Monetario Internacional, que busca arrojar luz sobre la dinámica del conflicto climático específicamente en el continente africano, detalla cómo el clima puede ser un factor en hasta el 38% de todos los conflictos entre comunidades. No pareció afectar el conflicto liderado por el gobierno, por ejemplo, entre estados.
La investigación se basó en datos extraídos de 51 países africanos, y los economistas Yoro Diallo y René Tapsoba publicaron su trabajo el viernes. Realiza un seguimiento de los episodios de condiciones climáticas severas y conflictos registrados en las bases de datos de monitoreo, incluida la información del Conjunto de datos de eventos de ubicación de conflictos armados (ACLED).
Los autores encontraron que la sequía, el calor extremo, las inundaciones, los ciclones y otras amenazas meteorológicas y climáticas frecuentes para los africanos, de hecho, contribuyeron a un patrón de conflicto interno en las naciones afectadas.
“El efecto se magnifica en países con una distribución de ingresos más desigual y una mayor proporción demográfica masculina joven”, informan los autores, destacando la importancia de la población joven de África y sus beneficios futuros.
Las protecciones sociales como la atención de la salud, impuestos más fuertes y sistemas de inversión sirven como factores de resiliencia, pero la acción climática en sí misma también tiene un efecto protector cuando se implementan medidas de reforestación y desertificación.
Los autores encontraron claros beneficios de la protección forestal. “Se puede esperar que la cobertura forestal ampliada mitigue la materialización del nexo entre crisis climáticas y conflictos internos”, concluyen los autores. “Nuestros resultados confirman esta expectativa”.
Además de la protección de los bosques por sus beneficios económicos y de secuestro de carbono, los economistas recomiendan un mayor empleo en la agricultura sostenible y un mejor acceso a los sistemas bancarios y crediticios para ayudar a las personas en tiempos de desafíos relacionados con el clima.
El documento completo del FMI está disponible aquí.