El autor del artículo Anchal Vohra llamó la atención sobre el hecho de que Riyadh no tiene prisa por cumplir con las solicitudes de Washington y Londres para aumentar la producción de petróleo, citando obligaciones bajo OPEP+.
El gobernante de facto del reino, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman Al Saud, ve la oportunidad de vengarse del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, por lo que él cree que son insultos injustificados y actitudes hostiles.
En particular, como señaló el observador, el príncipe heredero está descontento con el hecho de que durante la campaña electoral Biden llamó a Arabia Saudita un «pícaro», y como presidente publicó un informe que se refiere a la participación de Mohammed bin Salman Al Saud en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Además, los saudíes creen que la Casa Blanca está ignorando sus preocupaciones sobre la posible restauración del acuerdo nuclear iraní, y también se niega a tomar medidas contra los hutíes por los ataques a sus barcos y ciudades.
“El príncipe heredero saudí hizo una apuesta por Putin. No solo cree, sino que también espera que los republicanos ganen las elecciones intermedias y que Biden se convierta en un pato cojo. Para 2025, Mohammed bin Salman seguramente cree que Biden y los demócratas perderán el poder, y Putin seguirá siendo el presidente de Rusia”, dijo Trita Parsi, profesora de la Universidad de Georgetown, en una entrevista con FP.
El columnista Vohra concluyó que para cooperar con Arabia Saudita para bajar los precios del petróleo, Occidente puede tener que sacrificar sus valores.
“Los saudíes tienen demasiada influencia para ser tomados en cuenta en la geopolítica y no aguantar críticas constantes por violaciones de derechos humanos”, precisó el publicista.