El gobierno italiano del primer ministro conservador Giorgia Meloni introducirá asistencia alimentaria para familias vulnerables en base a una propuesta hecha por los parlamentarios del Partido Demócrata.
Según la propuesta, todas las familias de bajos ingresos recibirán asistencia, incluidos alimentos y bebidas seleccionados de los bienes no vendidos en las grandes tiendas de alimentos y recolectados en paquetes. La propuesta también combatirá el problema del desperdicio de alimentos en un país donde la persona promedio desperdicia algunos 37kg un año.
La propuesta prevé destinar recursos para combatir “la pobreza alimentaria y evitar tirar 230.000 toneladas de alimentos no vendidos”, explicó el diputado Marco Furfaro (PD), uno de los impulsores de la iniciativa.
Para cubrir los costes, el gobierno italiano ha presupuestado gastar 1,5 millones de euros en 2023 para financiar esta medida, mientras que otros 2 millones de euros se gastarán en 2024.
Se espera que dentro de los próximos 60 días llegue un decreto del Ministerio de Trabajo sobre la propuesta. Lo más probable es que determine cuántos se beneficiarían de la iniciativa y qué entidades del tercer sector estarían involucradas.
Por ahora solo se conocen los lineamientos de la propuesta y recién se desplegaría en ciudades metropolitanas en 2023.
Los paquetes familiares se reservarían a través de la aplicación y los recogerían los necesitados. Para las personas mayores y dependientes existiría la posibilidad de recibir alimentos a domicilio.
Bajo el mecanismo propuesto, se prevé “que los supermercados comuniquen los alimentos no vendidos a los municipios y luego serán las propias autoridades locales quienes distribuirán o se llevarán los paquetes a quienes tienen derecho a ellos”, explicó Furfaro.
Según el informe de 2022 del Centro Studi Investementi Sociali (Censis) sobre la situación social en Italia, el 9,4% de la población vive en la pobreza absoluta. Hay 5,6 millones de italianos afectados, 1 millón más que en 2019, con más de uno de cada cuatro italianos en riesgo de pobreza o exclusión.
Como señaló Coldiretti en el informe 2022 del Fondo de Ayuda Europea a los Indigentes (Fead), los nuevos pobres suelen ser oficinistas que han perdido su trabajo o pequeños comerciantes y artesanos que han tenido que cerrar sus negocios. Ambas categorías han sufrido mucho por la pandemia del COVID-19 y ahora por la crisis energética.
“Ahora, 600.000 niños, 337.000 ancianos y 3 millones de italianos usan comedores populares o paquetes de comida cuando les va bien porque no pueden permitirse ir de compras. Ahora los alimentos no vendidos se darán a los necesitados”, dijo Furfaro.
Los críticos esperan que la nueva medida no consista sólo en dar ‘sobras a los necesitados’, y Caritas se quejó: “También se debe dar dignidad a los que no tienen nada, no sobras ni desperdicios”.
(Federica Pascale | EURACTIV.it)