LONDRES: Gran Bretaña establecerá planes el lunes (13 de junio) para anular algunas reglas que rigen el comercio posterior al Brexit con Irlanda del Norte en una medida que inflamará las tensiones con la Unión Europea y podría desencadenar una guerra comercial.
Gran Bretaña ha estado amenazando durante meses con romper el Protocolo de Irlanda del Norte, un acuerdo para la región controlada por los británicos alcanzado por el gobierno del primer ministro Boris Johnson para asegurar el divorcio del Brexit y un acuerdo comercial más amplio entre Bruselas y Londres.
Como parte del acuerdo, Irlanda del Norte permaneció efectivamente en el mercado único de bienes de la UE para preservar una frontera abierta con Irlanda, miembro de la UE, que fue clave para un acuerdo de paz de 1998.
Pero eso requería controles aduaneros en los bienes que se trasladaban de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, lo que, según las comunidades probritánicas de Irlanda del Norte, erosiona su lugar en el Reino Unido.
La legislación será presentada al parlamento por la ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss, el lunes. Philip Rycroft, anteriormente el funcionario de mayor rango en el departamento del gobierno británico para el Brexit, dijo que el plan «destripa» el protocolo.
«Esto no es un retoque modesto con el protocolo, esto busca efectivamente darle al gobierno del Reino Unido un margen de maniobra para eliminar cualquier aspecto del protocolo que no le guste», dijo a Sky News.
Las tensiones han estado hirviendo a fuego lento durante meses entre Londres y Bruselas por el protocolo, con los ministros británicos acusando a la UE de imponer reglas que han enredado los bienes en la burocracia y amenazado la estabilidad política en Irlanda del Norte.
Los críticos del plan de Londres, incluidos representantes de las industrias láctea, manufacturera y logística de la provincia, dicen que su acción unilateral dañará los negocios e introducirá nueva incertidumbre.
GUERRA COMERCIAL
Bruselas cree que cualquier cambio unilateral puede violar el derecho internacional y podría responder con acciones legales y la imposición de aranceles, un riesgo en un momento en que la inflación británica llegará al 10 por ciento y la economía se está contrayendo.
El ministro británico de Irlanda del Norte, Brandon Lewis, insistió el domingo en que la legislación cumplía con la ley.
Se espera que proponga un «canal verde» para las mercancías que se trasladan de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, eliminando las reglas que impiden que la provincia se beneficie de la asistencia fiscal y poniendo fin al papel del Tribunal de Justicia Europeo como único árbitro, según los informes.
El plan será una prueba de la autoridad de Johnson después de que cuatro de cada diez de sus legisladores se opusieran a él en un voto de confianza la semana pasada.
También es probable que encienda la alarma en Washington. La presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, ha dicho que no habrá acuerdo comercial entre EE. UU. y el Reino Unido si Londres desecha el protocolo.
El Sinn Fein de Irlanda, el partido nacionalista que obtuvo una victoria histórica en las elecciones de Irlanda del Norte el mes pasado, dijo que Gran Bretaña «sin duda» infringiría la ley al cambiar unilateralmente el protocolo.