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El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, realizó el sábado (7 de septiembre) la primera visita de un líder británico a Irlanda en cinco años, prometiendo “restablecer” las dañadas relaciones post-Brexit entre las naciones vecinas.
La visita, descrita por Downing Street como un “momento histórico para las relaciones entre el Reino Unido e Irlanda”, señala un mayor acercamiento a los lazos que se habían deteriorado durante el anterior gobierno conservador del Reino Unido.
Su homólogo irlandés, Simon Harris, dio la bienvenida a Starmer en Dublín; ambos se dieron la mano y posaron para fotografías antes de dirigirse a las conversaciones.
“Hoy estamos en Dublín para definir en detalle cómo sería realmente un reinicio… en un sentido práctico para nuestros ciudadanos en ambas islas”, dijo Harris al comienzo de las conversaciones.
“Y ciertamente sé que tiene que estar integrado en cosas como la paz, la prosperidad, el respeto mutuo y la amistad”.
Starmer agregó que el reinicio fue “realmente importante para mí y mi gobierno”.
“Puede ser significativo, puede ser profundo”, afirmó.
Después de las conversaciones, la oficina de Starmer emitió un comunicado diciendo que ambos líderes destacaron los lazos existentes entre los países, pero «acordaron que querían ir aún más allá, en particular en comercio e inversión para ayudar a impulsar el crecimiento y cumplir en nombre de los pueblos británico e irlandés».
“En ese sentido, acordaron organizar la primera cumbre entre el Reino Unido e Irlanda en marzo del próximo año, que impulsará la cooperación en áreas clave de interés mutuo como la seguridad, el clima, el comercio y la cultura”, agregó.
Ambos líderes condenaron los recientes disturbios en Inglaterra e Irlanda y acordaron profundizar su colaboración para abordar la desinformación en línea, dijo Downing Street.
También destacaron la importancia de sus roles conjuntos como guardianes del Acuerdo de Viernes Santo, el histórico acuerdo de paz negociado en 1998 que puso fin a décadas de violencia sectaria en la provincia británica de Irlanda del Norte.
Cambio de tono
Harris, quien se convirtió en Taoiseach (primer ministro) en abril, fue el primer líder internacional recibido por Starmer en el Reino Unido después de su aplastante victoria electoral en julio.
La pareja conversó mientras bebían pintas de la bebida nacional de Irlanda, Guinness, en la residencia de campo del primer ministro británico, Chequers, al noroeste de Londres, antes de una reunión más grande de líderes europeos.
El enfoque en “restablecer” las relaciones británico-irlandesas marca un cambio notable en el lenguaje después de que en los últimos años aumentaran las tensiones entre Dublín y Londres.
Los británicos votaron por un estrecho margen a favor de salir de la Unión Europea en un referéndum en 2016 y el país finalmente abandonó el bloque en 2020 después de años de división política y estancamiento.
La dura ruptura de la UE por parte del ex primer ministro conservador Boris Johnson fue vista ampliamente como una desestabilización de las relaciones entre Irlanda, miembro de la UE, e Irlanda del Norte.
Desde que asumió el poder, Starmer ha trabajado para iniciar la derogación de una ley que otorga inmunidad condicional a los autores de crímenes cometidos durante las décadas de violencia sectaria en Irlanda del Norte.
La medida ha sido ferozmente rechazada por los familiares de quienes perdieron la vida en “The Troubles”.
Durante el encuentro del sábado, los líderes reafirmaron el Acuerdo de Viernes Santo y su compromiso con la reconciliación en Irlanda del Norte.
Posteriormente, Starmer y Harris asistieron al partido de fútbol de la Liga de Naciones entre Irlanda e Inglaterra.
