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WASHINGTON. Japón, India y Francia anunciaron el jueves una plataforma común para conversaciones entre acreedores bilaterales para coordinar la reestructuración de la deuda de Sri Lanka, una medida que esperan sirva como modelo para resolver los problemas de deuda de las economías de ingresos medios.
Sin embargo, sigue siendo incierto si el mayor acreedor bilateral de Sri Lanka, China, se unirá a la iniciativa lanzada por Japón, presidente del G7 de este año, con el objetivo de iniciar una serie de reuniones entre los acreedores de Sri Lanka.
«Poder lanzar este proceso de negociación reuniendo a un grupo tan amplio de acreedores es un resultado histórico», dijo el ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, en una sesión informativa.
«Este comité está abierto a todos los acreedores», dijo.
El director general del Tesoro francés, Emmanuel Moulin, dijo en la sesión informativa que el grupo estaba listo para celebrar la primera ronda de conversaciones «lo antes posible».
El gobernador del banco central de Sri Lanka había dicho a Reuters a principios de esta semana que tener una plataforma única para las conversaciones sería una medida bienvenida que facilitaría el debate y el intercambio de información.
La nación insular de 22 millones de habitantes obtuvo el mes pasado un programa de 2.900 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional para hacer frente a su enorme carga de deuda. Pero la economía de medianos ingresos no podía solicitar alivio bajo el marco común del G20 para tratamientos de la deuda, que apunta solo a países de bajos ingresos.
Eso ha hecho que las principales economías tengan la responsabilidad de idear un esquema alternativo, lo que lleva a la creación de la nueva plataforma.
Sri Lanka debe 7100 millones de dólares a acreedores bilaterales, según datos oficiales de su gobierno, con 3000 millones de dólares adeudados a China, seguidos de 2400 millones de dólares al Club de París y 1600 millones de dólares a la India.
El gobierno también necesita renegociar más de 12.000 millones de dólares de deuda en eurobonos con acreedores privados en el extranjero y 2.700 millones de dólares en otros préstamos comerciales.
Sri Lanka inició conversaciones para reelaborar parte de su deuda interna este mes y pretende finalizar el acuerdo en mayo.
