El portavoz jefe y director general de Comunicación del Parlamento Europeo, Jaume Duch, será el nuevo consejero de Unión Europea y Acción Exterior del recién formado Gobierno catalán, liderado por el líder del Partido Socialista (PSC), Salvador Illa, según indicaron a Efe fuentes de la formación progresista.
Ex abogado, profesor universitario y periodista, Duch asumió su cargo en el Parlamento Europeo en febrero de 2017, después de más de una década como director de medios de comunicación de la institución.
Ferviente europeísta y experto en las instituciones comunitarias, donde ha ocupado diversos cargos, garantiza al Gobierno de Illa un buen abanico de contactos dentro del bloque, EFE informes.
Entre enero de 1997 y julio de 1999 ejerció como portavoz del entonces presidente del Parlamento Europeo, José María Gil-Robles (Partido Popular/PPE), como asesor de su gabinete responsable de comunicación.
También fue responsable de la formación parlamentaria de las convenciones que prepararon la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y redactaron la Constitución Europea.
Desde junio de 2006 es portavoz del Parlamento Europeo y desde febrero de 2017 fue nombrado director general de Comunicación.
Tras una carrera de más de tres décadas, en 2022 postuló para convertirse en secretario general del Parlamento Europeo, el puesto más alto de la institución, pero el puesto recayó en el jefe de gabinete de la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, tras un controvertido proceso de selección al que se opusieron los miembros del Parlamento Europeo (MEP), el personal parlamentario y las organizaciones internacionales de transparencia.
Como portavoz del Parlamento Europeo, ha sido en numerosas ocasiones un firme defensor de la oficialidad del catalán en Europa, aunque ha advertido de los riesgos del ascenso de la extrema derecha.
También es autor de diversas publicaciones, artículos y comunicaciones sobre cuestiones relacionadas con las instituciones de la UE y sus leyes.
Regreso a casa en tiempos necesarios
La nominación de Duch llega después de que Ila, quien ganó el Elecciones anticipadas en Cataluña celebrada el 12 de mayo –aunque sin mayoría para gobernar en solitario– se ha visto obligada a negociar con el partido separatista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), junto con otras formaciones independentistas, para conseguir el poder.
A cambio de su apoyo, Illa tuvo que hacer importantes concesiones políticas y económicas que reforzaron el autogobierno de Cataluña.
Él tomó posesión del cargo el sábado (10 de agosto) en la sede de la Generalitat en Barcelona, formando un ejecutivo de políticos mayoritariamente técnicos y moderados, en el que Duch encaja perfectamente, dada su anterior carrera en la UE y sus posiciones moderadas.
Muchos analistas sugirieron el lunes (12 de agosto) que el gobierno de Illa, con 16 consellers regionales, abre una nueva era en la política catalana.
La región del noreste, con una población de 7,5 millones, es una de las más prósperas de España, caracterizada por una política moderada, muy lejos de los años de tensión entre la región y el gobierno central de Madrid, dominados por un llamado «proceso» separatista para un hipotético futuro. Cataluña independiente.
Para consolidar esta nueva fase de diálogo entre Cataluña y Madrid, Illa ha incluido en su Gobierno a miembros de ERC y a antiguos miembros del desaparecido partido nacionalista catalán –de perfil democristiano– Convergencia y Unión (CiU), del que militaba Duch.
“Truco de desaparición” con sombrero de paja y silla de ruedas
A pesar de las buenas señales iniciales, la investidura de Illa se vio empañada por el escándalo del jueves (8 de agosto) sobre la fugaz presencia en Barcelona del expresidente catalán y líder separatista, Carles Puigdemontapenas una hora antes de que el Parlamento catalán votara a favor de Illa.
Puigdemont, líder del partido separatista de derecha Junts per Catalunya (JxCat), había anunciado su intención de asistir a la sesión plenaria del Parlament para la investidura de Illa, el primer presidente catalán no soberanista en casi 15 años.
Sin embargo, por temor a ser arrestado, Puigdemont finalmente descartó la idea.
A pesar de que sobre Puigdemont pesa una orden de detención nacional por el delito de malversación y enriquecimiento ilícito, ambos no contemplados en la recién aprobada ley de amnistía – en relación con el referéndum ilegal sobre la independencia de Cataluña del 1 de octubre de 2017, Policía autonómica catalana (Mossos d’Esquadra) no pudieron detenerlo.
El expresidente catalán, que este fin de semana logró escapar a Waterloo, cerca de Bruselas, donde también huyó en 2017, pudo eludir una vez más la justicia española, al parecer con la ayuda de algunos agentes de la policía regional catalana, que comparten su ideología separatista.
“Ya he dicho que nunca tuve intención de entregarme voluntariamente ni de facilitar mi detención, porque me parece inaceptable que se me esté persiguiendo por motivos políticos y además no se esté aplicando la ley de amnistía”, Puigdemont escribió en X.
Su “truco de desaparición” consistió en escapar rápidamente del centro de Barcelona en un coche blanco, propiedad de un policía autonómico, que llevaba una silla de ruedas en el asiento del copiloto.
El líder separatista llevaba un sombrero de paja para confundir a los agentes que se disponían a detenerlo poco después de su discurso ante unos 3.500 partidarios separatistas, en la capital catalana. EFE reportado.
Los Mossos d’Esquadra detuvieron la semana pasada a tres agentes por su presunta implicación en la fuga del líder independentista.
[Edited by Rajnish Singh]