La Cámara Baja de Chile vota en contra de la legalización del aborto
La Cámara Baja de Chile rechazó el martes un proyecto de ley para despenalizar el aborto hasta la semana 14 de embarazo por 65 votos en contra, 62 a favor y una abstención. Por tanto, la iniciativa quedará archivada.
El aborto, por lo tanto, siguió siendo legal en Chile solo en caso de inviabilidad fetal, riesgo de muerte de la madre o en embarazos resultantes de violación, una enmienda que se introdujo en 2017 bajo el gobierno socialista de la médica Michelle Bachelet.
El rechazo del martes significa que el tema no puede ser discutido durante un año, lo que generó fuertes reacciones de expertos y grupos feministas.
“Perderemos tantas veces como sea necesario, ?? dijo la diputada de izquierda Maite Orsini, una de las impulsoras del proyecto de ley. “El aborto existe, es una realidad, pero todavía hay muchos que prefieren ocultarlo y condenar a quienes toman esa difícil decisión”, agregó Marisela Santibáñez, diputada por el Partido Comunista.
La Cámara de Diputados mantuvo así dentro del Código Penal el encarcelamiento de hasta cinco años para las mujeres que interrumpieron embarazos así como para los médicos que realicen los procedimientos ilegales.
El proyecto de ley había sido presentado por la oposición de centro izquierda, que tiene mayoría en la cámara baja. Sin embargo, al menos cinco diputados del centrista Partido Demócrata Cristiano (PDC) votaron al mismo tiempo que los grupos de centro derecha.
Como parte de la polémica, la diputada Catalina del Real aseguró tras la votación que “esta es una gran noticia de por vida. Hoy tenemos todos los métodos anticonceptivos al alcance de la mano ”, mientras los grupos conservadores celebraron la decisión, para pasar ahora al tema del matrimonio igualitario, que se debatirá la próxima semana después de que no se votara el martes, para gran decepción de grupos de diversidad sexual.
El aborto ha sido un tema clave para el candidato presidencial ultracatólico José Antonio Kast, mientras que se espera que el aspirante izquierdista Gabriel Boric tenga puntos de vista opuestos para el próximo año, cuando el tema pueda ser discutido una vez más con un nuevo presidente. Incluso si el Congreso lo aprueba, Kast podría incluso vetarlo, si sus propias creencias sirven de algo.