El líder de la oposición conservadora, Friedrich Merz (CDU-EPP), lanzó la idea de rechazar en la frontera a los refugiados cuyo primer país de entrada en la UE no haya sido Alemania durante un período de prueba de tres meses, una idea que puede sonar familiar a los partidos gobernantes en el gobierno de coalición del canciller Olaf Scholz.
Tras un reciente ataque con cuchillo por parte de un solicitante de asilo que se registró primero en Bulgaria, la política migratoria de Alemania ha sido objeto de escrutinio desde todos los lados del espectro político, alimentando el debate antes de las recientes elecciones estatales, que resultaron en una victoria de extrema derecha.
Criticado por el gobierno de coalición por supuestamente aprovecharse de la situación, Merz propuso implementar su demanda original de rechazar a los refugiados bajo el régimen de Dublín –aquellos que ingresaron a las fronteras de la UE a través de otro país– en la frontera alemana durante tres meses.
“Si la coalición gubernamental encuentra [returns at the borders] «Si esto es tan difícil de aceptar, entonces propongo que realicemos inicialmente estas devoluciones durante tres meses a partir del 1 de octubre», propuso Merz en un debate parlamentario el jueves.
Tan sólo dos días antes, su partido había interrumpido las conversaciones con la coalición gubernamental sobre medidas migratorias más duras, argumentando que no se había presentado ninguna propuesta que “realmente condujera a más rechazos en la frontera de lo habitual”.
Merz y su partido conservador llevan tres semanas presionando al gobierno para que endurezca los controles fronterizos. En los sondeos, el partido de la oposición lidera cómodamente la votación, con un 33% de los votos, frente al 28% de la coalición gobernante formada por el SPD (14%), los Verdes (11%) y el partido liberal FDP (3%).
Sin embargo, la idea de rechazar de plano la entrada de inmigrantes bajo el régimen de Dublín durante un período de prueba ya había sido discutida dentro de la coalición gobernante. ImagenEsta idea se planteó en la reunión de consulta entre ambas partes, pero las negociaciones fracasaron de todos modos.
En la práctica, el Reglamento de Dublín no prevé el rechazo directo de refugiados en la frontera, incluso si han solicitado previamente asilo en otro Estado de la UE.
“Alemania sólo puede transferir a una persona al país responsable después de que un tribunal administrativo haya dado el visto bueno. […] Este procedimiento preliminar debe completarse antes de cada transferencia a Dublín”. escribió Daniel Thym, profesor de Derecho Europeo e Internacional en la Universidad de Constanza.
La Policía Federal también se siente incómoda con la idea de implementar un cambio de política de esa magnitud sin el respaldo adecuado del nivel político.
El espejo Se informó que el jefe del sindicato de policía alemán, Jochen Kopelke, había pedido a la ministra del Interior Nancy Faeser (SPD/S&D) que prometiera “protección legal oficial” para los oficiales involucrados si se implementaba tal idea de rechazo.
(Kjeld Neubert | Euractiv.de)